La presidenta del Banco Central de Chile, Rosanna Costa, dice que la inflación ha comenzado a ceder. Sin embargo, los operadores están descontando aumentos de precios a un paso más acelerado que hace 10 días.
La semana pasada, la tasa breakeven de inflación a dos años se elevó 59 puntos básicos y la de un año tuvo un enorme salto de 85 puntos básicos. Si bien ambas han disminuido un poco esta semana, tales movimientos habrían sido casi impensables antes de la pandemia.
A medida que los mercados se vuelven mucho más sensibles a los indicadores de inflación, estos movimientos se han vuelto más comunes. Lo que es más notable es que los detonadores no resultan obvios.
El peso había comenzado a debilitarse una semana antes. Los precios locales de la gasolina de alto octanaje y el diésel aumentaron, aunque la gasolina de bajo octanaje cayó, mientras que el precio internacional del petróleo no tuvo muchos cambios.
Por otro lado, la inflación ha comenzado a desacelerarse, del 14.1% en agosto al 13.7% en setiembre. La inflación forward está descontando este mes una inflación anual en 13,1%.
El banco central de Chile elevó su tasa de referencia en 1.075 puntos básicos en menos de 18 meses a 11.25%, y según las minutas publicadas este jueves, el directorio del banco considera que ya ha hecho lo suficiente para que la inflación vuelva a la meta.
Este tipo de fluctuaciones se han vuelto cada vez más comunes. El siguiente gráfico muestra las oscilaciones semanales de las expectativas de inflación a uno y dos años expresadas en el mercado de swaps.
El gráfico del punto de equilibrio de dos años del Reino Unido es similar, pero las oscilaciones son de menor escala.
Una posible explicación para estas variaciones sería la reducción de liquidez. Se ha culpado a la falta de liquidez por el aumento de la volatilidad en mercados mucho más profundos que el mercado de swaps chileno, como es el caso del de bonos del Tesoro de EE.UU. o el de gilts del Reino Unido. Sin embargo, los números no respaldan eso. Los volúmenes han aumentado en los últimos años.
Los meses más importantes para los contratos de swaps chilenos entre bancos locales y cuentas en el extranjero fueron en el 2022. El mes pasado se duplicó el volumen de nuevos contratos de setiembre del 2019 o 2020 y, aunque los datos tienen un historial breve, el monto pendiente sigue alcanzando niveles récord.
Una cosa que ha cambiado a lo largo de los años es que los swaps de uno y dos años ya no son los contratos más importantes. Ha habido un gran aumento en el interés por los swaps a tres meses, que ahora son los más grandes tanto por volumen como por circulación.
Entonces, esos bruscos movimientos en los swaps de inflación representan dos cosas: una creciente incertidumbre económica en un país que se mantuvo estable y una oportunidad comercial.
Por cierto, el único vencimiento en el que los bancos locales no están posicionados en el extremo receptor de la operación es el de 18 meses. En todos los demás plazos, y especialmente en el de tres meses, los operadores extranjeros están pagando y los bancos locales recibiendo. En otras palabras, las cuentas extranjeras están apostando a que las tasas subirán más y los bancos locales han tomado el lado opuesto de ese comercio.