La volatilidad se disparó en todos los mercados el lunes, con un indicador de las posibles oscilaciones del tipo de cambio euro-dólar en un máximo desde noviembre de 2020 y una medida de la inestabilidad de la renta variable en máximo de dos semanas.
Los mercados se espantaron a última hora del viernes tras la advertencia de Estados Unidos de que una invasión rusa de Ucrania podría llegar en “cualquier momento”. El domingo, Washington dijo que Moscú podría crear un pretexto sorpresa para un ataque.
Los mercados bursátiles cayeron con fuerza el lunes y Wall Street se preparaba para abrir con bajas, mientras que los precios del petróleo se dirigieron hacia los US$ 100 el barril. Activos como la deuda pública y el franco suizo se vieron beneficiados.
Los precios del petróleo subieron aún más a nuevos máximos de siete años, en medio de preocupaciones de que una invasión de Ucrania desencadene sanciones estadounidenses y europeas e interrumpa las exportaciones del principal productor de crudo, en un mercado ya ajustado.
Aparte de la amenaza de una guerra que dificulte el suministro de petróleo y golpee el crecimiento económico, la política de los bancos centrales ha sido una fuente añadida de volatilidad.
La inflación, en máximos históricos o de varios años, está alentando las especulaciones de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría optar por un ciclo agresivo de subidas de tasas, y que el Banco Central Europeo también podría subir los tipos de interés este año.
UBS Global Wealth Management señaló que las oscilaciones del mercado habían aumentado desde principios de año, mientras que la preocupación por el COVID-19 había disminuido.
“La volatilidad sigue siendo elevada como consecuencia de las repetidas sorpresas al alza en los datos de inflación de Estados Unidos y la creciente preocupación en Europa del Este”, dijo.