El impacto del patrón meteorológico de La niña, que se espera que agite los mercados mundiales de alimentos en los próximos meses, ya está apareciendo en zonas de Brasil, el mayor exportador de soja del mundo.
En 20 años como agricultor de soja, Adriano Marco Vivian nunca había visto sus campos tan secos, con hojas quemadas por el calor excesivo y la falta de lluvia. La Niña puede significar sequía en muchas áreas de cultivo, incluido el sur de Brasil.
“Creo que se ha perdido alrededor del 70% del potencial de rendimiento”, dijo Vivian, ubicado en Paraná, uno de los estados con mayor producción en el sur del país, en una entrevista telefónica.
“No hemos tenido lluvias generalizadas en más de 60 días”, dijo el agricultor, que plantó 700 hectáreas de soja en el oeste del estado. El panorama es similar para todos los productores de la región, dijo.
Las condiciones secas y el calor llevaron a la agencia agrícola de Paraná, Deral, a reducir el miércoles su estimación para la producción en el estado en un 12%, y podría ser mayor si continúa el clima adverso, dijo Marcelo Garrido, economista de Deral.
La perspectiva de una segunda cosecha consecutiva en que La Niña daña lo que se espera que sea una cosecha abundante está ayudando a impulsar los precios de la soja y a aumentar las preocupaciones sobre la inflación mundial de los alimentos.
Algunas consultoras locales ya han reducido la estimación de producción de soja de Brasil debido a las pérdidas de rendimiento en el sur. Ese es el caso de AgRural, con sede en Paraná, que recortó su estimación de producción a 144.7 millones de toneladas, desde 145.4 millones del pronóstico anterior.
Por ahora, los agricultores de Paraná eran una excepción en Brasil, donde el clima favorable ha permitido un buen desarrollo de los cultivos en las áreas central y norte.
“Todavía se espera que Brasil obtenga una cosecha récord”, dijo por teléfono Daniele Siqueira, analista de AgRural. “Paraná es la única región con pérdidas consolidadas hasta ahora”.
Todos los ojos permanecerán en el sur de Brasil. Rio Grande do Sul, un estado de alto crecimiento en la frontera con Argentina, reportó lluvias por debajo del promedio durante la siembra, la que ya casi termina.
Algunas granjas necesitaban ser replantadas, pero los rendimientos no se conocerán hasta el próximo año. Si cayeran abundantes lluvias a partir de ahora, el estado aún podría registrar una buena cosecha.