El aumento de los costos globales de endeudamiento está afectando las finanzas de algunos de los países más vulnerables al cambio climático, justo cuando estos más necesitan del dinero para combatir los efectos devastadores del calentamiento global.
La convergencia de eventos podría empujar a las naciones en desarrollo hacia una “trampa de deuda”, según el primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, quien se dirigió a los líderes mundiales en el marco de la conferencia sobre el cambio climático COP27 celebrada en Egipto la semana pasada.
Aquellos países que se endeudaron mucho cuando las tasas de interés eran bajas ahora luchan para financiar proyectos que los harían más resistentes frente a los climas extremos, lo que los deja vulnerables a costos de endeudamiento aún más altos en el futuro.
Pakistán, que por poco cae en default tras las inundaciones en casi un tercio de su territorio este verano, es un buen ejemplo. El país recibió un préstamo de US$ 1,000 millones del Fondo Monetario Internacional para ayudarlo a salir adelante, sin embargo. el daño de la inundación ha sido estimado en alrededor de US$ 32,000 millones y el país tiene US$ 3,000 millones de deuda para pagar hasta junio de 2023, según Bloomberg Economics.
Mientras tanto, líderes de las naciones más vulnerables al cambio climático han argumentado durante mucho tiempo que aquellos países que contribuyen con la mayor parte de las emisiones deberían pagar la factura de la mitigación y la adaptación.
Sin embargo, las naciones ricas siempre han incumplido su promesa de proporcionar US$ 100,000 millones en financiamiento climático anual a los países en desarrollo. Si bien los préstamos de países individuales y organizaciones financieras de desarrollo han ayudado a cerrar parte de la brecha, los mercados emergentes también han tenido que depender en gran medida de los mercados de bonos.
Los Gobiernos de los países en desarrollo deberán pagar o renovar alrededor de US$ 350,000 millones en bonos denominados en dólares y euros para fines del 2024, según datos compilados por Bloomberg.
Mientras tanto, los bonos soberanos en dólares de una cuarta parte de los países del Índice Bloomberg’s EM Sovereign Dollar Debt están negociando con un diferencial de 1,000 puntos básicos o más frente a los bonos del Tesoro de Estados Unidos, una medida de dificultad generalmente aceptada.
Los riesgos climáticos aún no se reflejan ampliamente en el precio de la nueva deuda, aunque los inversionistas están comenzando a hacer más preguntas sobre cómo los eventos climáticos extremos afectarán la capacidad de un país para pagar sus bonos, según dos banqueros involucrados en la venta de deuda soberana.
”El mercado en conjunto todavía está un par de pasos por detrás”, dijo Christine Philpotts, portfolio manager en AllianceBernstein LP en Nueva York. “Si continuamos por el camino al que nos dirigimos, habrá una discusión forzada entre los inversionistas y los Gobiernos sobre no solo cuál es el precio correcto que se pagará por los activos en el país, sino cómo se reduce realmente esa prima de riesgo”.
Parte de la respuesta podrían ser más préstamos a bajo costo otorgados por los bancos de desarrollo, algo que el ministro de Finanzas egipcio, Mohamed Maait, exigió en la conferencia climática la semana pasada.
Otra herramienta potencial, que estuvo en la agenda oficial de la COP por primera vez este año, es un mecanismo de pérdidas y daños, que canalizaría fondos de los países ricos que históricamente han contribuido más a las emisiones, a aquellos que están más expuestos al cambio climático. Hasta ahora solo un pequeño grupo de países ricos se ha comprometido a hacer contribuciones.