William Eigen se apega a la estrategia que le ha ayudado a prosperar en medio de la peor caída de los bonos de la historia: conservar en efectivo la mayor parte de los US$ 8,800 millones del fondo JPMorgan Strategic Income Opportunities.
A finales de agosto, el 63% de la cartera estaba en instrumentos similares al efectivo, principalmente papeles comerciales, según datos del fondo. El resto, dice, es principalmente deuda a corto plazo con tasa de inversión flotante, una apuesta que dará sus frutos si los rendimientos aumentan, lo que han estado haciendo sin descanso durante meses.
Hasta el martes, el fondo registraba un aumento en lo corrido del año del 4.1%, en un momento en que el mercado de bonos estadounidenses en su conjunto ha perdido un 2.7%. El año pasado, Eigen obtuvo una ganancia de aproximadamente el 0.5%, en comparación con una pérdida récord del 13% del índice Bloomberg US Aggregate.
Algo que juega a su favor es que su fondo puede incluir desde efectivo hasta deuda de grado especulativo, con pocas restricciones. Esto es diferente a muchos fondos de bonos, que tienen limites respecto de cuánto pueden desviarse de sus índices de referencia.
La visión de Eigen sobre la economía es que los inversionistas en bonos experimentarán más pérdidas. Desde su perspectiva, la Reserva Federal puede aumentar las tasas de interés al menos una vez más y mantenerlas allí por hasta 18 meses para desacelerar la economía y frenar la inflación.
Como resultado, dice, es posible que los rendimientos a 10 años, que el miércoles registraron un máximo de 16 años de casi el 4.9%, alcancen el 6%, un nivel visto por última vez en el año 2000.
Lo que los alcistas de bonos no se dan cuenta es que “esta economía es más fuerte de lo que creen y puede lidiar con tasas más altas mejor de lo que piensan”, sostuvo.
Debate interno
La opinión de Eigen lo alinea más con el director ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., Jamie Dimon, quien ha advertido que la Reserva Federal puede necesitar seguir subiendo las tasas para combatir la inflación. No obstante, también lo enfrenta a otro colega, Bob Michele, director de inversiones de renta fija de JPMorgan Asset Management, quien ha dicho que espera un repunte de los bonos a medida que aumentan los riesgos de recesión.
Básicamente, ha adoptado una estrategia de todo o nada. Si bien los administradores de cartera normalmente evitan depositar el dinero de los clientes en efectivo, es un pilar de su enfoque.
Cuando los mercados de crédito están caros, elige el efectivo. Cuando las cosas estallan, podría acumular bonos de grado especulativo, aprovechando el pánico. En 2015, por ejemplo, compró bonos de alto rendimiento cuando el petróleo se desplomó, una medida que finalmente dio sus frutos cuando los mercados se recuperaron.
Desde su creación en 2008, el fondo ha obtenido una rentabilidad del 4% anual, en comparación con alrededor del 2.5% del mercado de bonos en general.
Eigen, que supervisa cientos de instrumentos diariamente, estima que el cálculo riesgo-recompensa no indica que sea el momento de comprar.
Para abandonar el efectivo, que rinde por encima del 5%, quiere ver rendimientos a más largo plazo que superan a sus homólogos de corto plazo. Ese no ha sido el caso desde mediados de 2022. Además, afirma, es posible que sea necesario ampliar los diferenciales de los bonos de grado especulativo hasta los 700 puntos básicos, desde alrededor de los actuales 420.