La creciente valorización del bitcóin evidenció el impacto ambiental de la criptomoneda, que requiere mucha energía para su creación. Pero en Estados Unidos los inversores creen haber encontrado una alternativa en la quema de gas natural.
“Pienso que el mercado es enorme”, dice Sergii Gerasymovych, jefe de la firma EZ Blockchain que cuenta con seis centros de datos que funcionan con esa fuente de energía en Utah, Nuevo México y Canadá.
Empresas similares instalan contenedores en todo Estados Unidos. En su interior, grandes instalaciones informáticas son alimentadas por gas natural que generalmente se quema al aire libre.
El bitcóin se apoya en bloques de transacciones encriptadas y autenticadas que se suman entre sí. Esos bloques son generados en potentes ordenadores que resuelven ecuaciones cuya complejidad crece a medida que el valor de la criptomoneda aumenta.
Ya sea para producir bitcóins o transarlos, se recurre a “mineros”; empresas o particulares que son remunerados en la criptomoneda lo cual los incentiva a producir cuando su valor aumenta. En consecuencia, el consumo energético también crece.
Récords
El interés por la minería o minado de bitcóins crece a medida que aumenta su valor y lo mismo ocurre con otras criptomonedas como ethereum, cuyo valor se disparó en los últimos meses.
El bitcóin, la más célebre de las criptomonedas, cotiza actualmente en torno a los US$ 50,000 tras haber alcanzado valores superiores a los US$ 60,000.
Empero el masivo uso de energía que demanda el minado, pone en cuestión objetivos climáticos de muchos países, especialmente China.
El índice CBECI, que mide en una base anualizada el consumo de electricidad que requiere la producción del bitcóin, estableció que se llegó al histórico nivel de 149 TWH (teravatios-hora); algo menos que toda la electricidad de un país como Egipto.
Esa estadística generó la reacción del magnate Elon Musk, patrón de Tesla. Musk señaló acusadoramente a China por la utilización de carbón y anunció que no autorizaría el pago en bitcóins de sus autos eléctricos Tesla como había prometido a fines de marzo.
La ventaja del gas natural para extraer bitcóins es que los productores petroleros lo queman si no pueden encontrar una manera de procesarlo, lo que, con precios bajos y gasoductos complicados de construir, es lo que ocurre a menudo en todo el mundo.
Desperdicio
Aunque igualmente se desperdicia cuando no está en uso, el impacto ambiental del gas natural quemado no es neutral.
Cuando se quema, elimina varios gases de efecto invernadero. Sin embargo, la Agencia Internacional de Energía afirma que los 150 millones de metros cúbicos quemados en el mundo en el 2019 liberaron tanto dióxido de carbono como Italia en ese año.
La técnica de quema “permite generar valor económico pero no necesariamente modifica profundamente el perfil de las emisiones de energía”, dice Tony Scott, analista de BTU Analytics, una firma que estudia el sector del petróleo y gas.
No obstante, los actores del sector no se desaniman.
Los operadores “no ganan nada con su gas natural. Les proponemos que se deshagan de él y les deje algo”, afirma Matt Lohstroh, de la firma estadounidense Giga Energy Solutions.
La operación es de pura ganancia: mientras que el CBECI estima que el costo medio mundial de la electricidad requerida para la minería de bitcóins es de 5 centavos el kw por hora, Lohstroh dice que el gas natural puede hacer bajar a menos de 2 centavos ese valor.
El precio de la energía es esencial para el bitcóin. Los mineros buscan los medios más baratos de operar para así maximizar sus ganancias.