Mientras los países más pobres intentan combatir la crisis de salud, el mercado está inundado con ofertas récord de bonos sociales del mundo en desarrollo este año.
Gobiernos y empresas de mercados emergentes han vendido más de US$ 10,000 millones en bonos sociales, lo que aumenta la cantidad de emisiones ASG —valores que cumplen con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza— a US$ 46,600 millones, según datos compilados por Bloomberg.
Si bien los bonos verdes siguen representando la mayor parte de las ventas ASG, la emisión de deuda social está creciendo rápidamente.
“Es un espacio que definitivamente veremos crecer y expandirse”, dijo Erin Boeke Burke, directora asociada de finanzas sostenibles de S&P Global Ratings en Nueva York. “La atención urgente a las cuestiones sociales, desde las vacunas hasta la vivienda y el acceso al agua limpia, impulsó al segmento”, dijo.
Las emisiones de bonos sociales, que a menudo se utilizan para financiar proyectos de salud, vivienda o seguridad alimentaria, aumentaron en 258% en lo corrido del año hasta el 22 de setiembre en comparación con todo el año pasado, según datos recopilados por Bloomberg.
Ecuador inició el auge en enero con US$ 400 millones en deuda para ayudar a financiar viviendas asequibles. Tras la crisis del COVID-19, otros acudieron a los mercados internacionales, incluido Guatemala, que vendió US$ 500 millones en bonos sociales para financiar proyectos de salud y seguridad alimentaria.