La OPEP, que junto a Rusia y otros productores de petróleo aliados está aumentando su oferta de crudo de forma gradual, confía en que será “leve” el impacto de la nueva variante del coronavirus, ómicron, en el mercado mundial de crudo.
“Se espera que el impacto de la nueva variante de ómicron sea leve y de corta duración, ya que el mundo se equipa mejor para gestionar el COVID-19 y los retos asociados a la pandemia”, señala la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con sede en Viena, en su informe mensual publicado este lunes.
Cauteloso optimismo
El cauteloso optimismo expresado en esa perspectiva es uno de los puntos claves en los que se basan las estimaciones del documento sobre la demanda y la oferta de “oro negro” hasta fines de 2022, que se mantienen sin cambios respecto a los cálculos hechos hace un mes.
A la visión de que el mundo se recuperará el próximo año de los estragos causados por la pandemia “se suma, además, que las perspectivas económicas son estables, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes”, añade el informe.
En este contexto, la OPEP prevé que el consumo de petróleo recupere el nivel prepandémico en la segunda mitad del 2022.
Tras el desplome histórico, de casi el 10 %, que registró en 2020, la demanda aumenta este año en 5.65 millones de barriles diarios, o un 6.22%, hasta mediar los 96.44 mbd.
Para el 2022, se prevé otro aumento, de 4.15 mbd (4.3%), con lo que se alcanzarían los 100.79 mbd, nivel ligeramente superior al registrado en el 2019 (100.10 mbd), antes de la caída desencadenada por las restricciones impuestas en la lucha contra el SARS-CoV-2.
Eso sí, a corto plazo la OPEP ve que la preocupación por la expansión de la ómicron “reprimirá” la sólida recuperación del combustible para aviones, especialmente durante la temporada de vacaciones de fin de año, lo que ha motivado un ajuste a la baja en el actual trimestre.
En cuanto a la oferta rival de la OPEP, es decir, la que suministran países de fuera de la organización, registraría aumentos interanuales de 0.7 y 3 mbd, hasta totalizar 63.7 y 66.7 mbd en el 2021 y 2022, respectivamente.
Para este año, “las revisiones al alza en Estados Unidos y Canadá se compensaron con ajustes a la baja en Brasil y Noruega”, explica.
Los cálculos “contemplan principalmente un crecimiento en Canadá, Rusia, China, Estados Unidos, Noruega, Guyana y Catar, mientras que se prevé un descenso de la producción en el Reino Unido, Colombia, Indonesia y Brasil en el 2021.
El próximo año, “los principales impulsores del crecimiento” de suministros serán Estados Unidos y Rusia, seguidos de Brasil, Canadá y Kazajistán, Noruega y Guyana, precisa el informe.
Mayor demanda de crudo de la OPEP
En función de esas estimaciones, la OPEP ve la demanda de barriles provenientes de sus trece países miembros en una media de 27.8 mbd este año, 0.2 mbd más de lo calculado hace un mes y 4.9 mbd más que en el 2020.
Según los cálculos de institutos independientes publicados en el informe, el grupo bombeó en noviembre 27.71 mbd, 285,000 bd más que en octubre.
Los datos reflejan que Irán y Libia redujeron sus extracciones en 15,000 y 9,000 bd, hasta 2.47 y 1.14 mbd, respectivamente, mientras que Venezuela produjo 625.000 bd, 15.000 más que en octubre. Estos tres socios de la OPEP son los únicos que están exentos del compromiso de limitar sus suministros petroleros.
Para el 2020, la OPEP pronostica que la demanda de su crudo será de 28.8 mbd, es decir, 1 mbd más que este año y 0.2 mbd más de lo estimado en el informe anterior.
Vigilancia del mercado
Con estos datos, los expertos de la organización dan a entender que no ven de momento razones para modificar la hoja de ruta que adoptó en julio junto a Rusia y otros nueve países para recuperar los niveles de extracciones que tenía antes de reducirlos drásticamente el año pasado.
El plan es ir subiendo mensualmente, a razón de 400,000 bd, el bombeo conjunto de la llamada alianza OPEP+, que a principios de mes certificó ese incremento para enero próximo.
Si bien la OPEP admite que “el equilibrio esperado en el mercado sigue estando determinado por la evolución del COVID-19 como factor clave de incertidumbre”, destaca que la OPEP+ “sigue los acontecimientos de manera oportuna y vigilante, para poder reaccionar a los rápidos cambios de las circunstancias”.