Los precios del níquel tocaban el viernes su máximo desde 2011, ya que el déficit de la oferta está reduciendo las existencias y los inversores esperan un aumento de la demanda por los vehículos eléctricos, mientras el cobre bajaba.
A las 11:23 GMT, el níquel referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 2.3% a US$ 22,695 la tonelada, tras alcanzar un máximo de US$ 23,935.
El níquel se encamina a su mayor ganancia semanal desde agosto de 2019, con un alza de casi el 10%. Los precios se han duplicado desde marzo de 2020, pero están muy lejos del máximo histórico de US$ 51,800 alcanzado en 2007.
El metal es usado sobre todo para fabricar acero inoxidable. Las baterías representan el 5% de la demanda, pero podría aumentar al 30% en 2040, según Nitesh Shah, analista de WisdomTree.
“Hay una amplia conciencia de lo importante que es el níquel en la transición energética. Es muy muy difícil imaginarse cómo podrá seguir la oferta de níquel de clase 1 (utilizado para las baterías) el ritmo de la demanda”, dijo.
“Somos muy optimistas. El precio de US$ 25,000 no se va a detener. Podemos subir mucho más que eso en la próxima década”, agregó.
En otros metales básicos, el cobre en la LME bajaba un 0.2%, a US$ 9,943.50 la tonelada, acumulando un alza del 3% en la semana, su mayor avance semanal desde octubre.
El aluminio mejoraba un 0.8%, a US$ 2,975 la tonelada; el zinc avanzaba un 0.4%, a US$ 3,576; el plomo añadía un 0.8%, a US$ 2,377.50; y el estaño sumaba un 0.6%, a US$ 40,750.