El mercado pospandémico ha sido una historia de sorpresas, desde la asombrosa resistencia del Nasdaq y el surgimiento de las acciones meme hasta la solidez de las ganancias frente a la inflación.
Esta última es una gran razón por la que las acciones han repuntado un 12% en seis semanas: los resultados de las empresas han evitado las predicciones de catástrofe, mientras que las compañías defienden los márgenes a medida que suben los precios a los clientes. Ahora, una nueva investigación advierte que existe un peligro igualmente difícil de predecir para las ganancias, si el escenario cambia y la inflación comienza a caer.
El problema es el apalancamiento operativo, una medida de la relación entre los costos fijos y variables de una empresa, que ahora se está debilitando desde su máximo del 2021, según un equipo de estrategas de Morgan Stanley que incluye a Mike Wilson. La tendencia amenaza con eliminar las ganancias en un momento en que muchos inversionistas esperan celebrar si la Reserva Federal logra controlar las presiones sobre los precios.
”Al igual como la mayoría subestimó los efectos positivos de la inflación en el apalancamiento operativo, creemos que se están subestimando los efectos negativos de la caída de la inflación”, dijeron en una nota fechada el 8 de agosto.
Si bien el crecimiento de los ingresos ha sido fuerte para la mayoría de los sectores en el último trimestre, el apalancamiento operativo —que el equipo de Wilson midió restando el crecimiento de las ventas del aumento de las ganancias por acción— es negativo para la mayoría de los sectores. Morgan Stanley anticipa que esta tendencia continuará, aunque la opinión de consenso es que los márgenes se expandirán en el 2023, escribieron.
Las tendencias existentes en ventas y ganancias entre las empresas del S&P 500 dan crédito a la opinión. Después de aumentar el año pasado aproximadamente tres veces más rápido que las ventas, los analistas de acciones esperan que las ganancias aumenten un 9.6% en el 2022 frente a un incremento del 11.4% en las ventas. Sin embargo, para el primer trimestre del 2023, el mercado espera que las ganancias crezcan más que las ventas a medida que se expanden los márgenes.
Pero la disminución de la demanda y las presiones de costo persistentes, particularmente de la mano de obra, hacen que esa expansión sea poco probable para Morgan Stanley. En otras palabras, si una empresa todavía tiene que pagar a sus trabajadores la misma tarifa, pero la demanda de sus productos está bajando, su apalancamiento operativo se hunde.
Esta no es la primera vez que el mercado se equivoca sobre el impacto de la inflación en las ganancias, según Morgan Stanley. El fuerte estímulo fiscal y monetario durante la pandemia impulsó un aumento de la inflación, lo que generó fuertes ganancias para muchas empresas. Es probable que lo contrario también sea cierto, según la nota.
Sin duda, no todos están convencidos de que la caída de la inflación haga mella en los precios de las acciones. Si bien las ganancias pueden sufrir después de períodos de disminución de la productividad a medida que la inflación desciende desde su punto máximo, los múltiplos generalmente crecen, lo que implica que los precios de las acciones no tienen que caer, de acuerdo a Gina Martin Adams de Bloomberg Intelligence.
La relación precio-beneficio del S&P 500 ha subido desde sus mínimos de mediados de junio, pero aún está lejos de sus máximos del 2021, según muestran los datos de Bloomberg.
Las acciones han avanzado durante cuatro semanas consecutivas en medio de una fuerte temporada de ganancias y mientras los inversionistas especulaban que la lectura de precios al consumidor de julio menor a la esperada haría que la Reserva Federal redujera su ritmo de aumentos de tasas. Algunos estrategas incluso declararon que el mercado bajista se acabó. Pero Wilson de Morgan Stanley, uno de los bajistas más francos de Wall Street, no está de acuerdo.
”Es prematuro decir que todo está despejado simplemente porque la inflación ha tocado techo”, dijeron Wilson y su equipo en la nota del 8 de agosto. “Es posible que el próximo movimiento a la baja tenga que esperar hasta septiembre, cuando nuestra tesis de apalancamiento operativo negativo se refleje más en las estimaciones de ganancias. Sin embargo, con las valoraciones tan extendidas, creemos que la mejor parte del repunte ha terminado”.