Los principales índices de Wall Street abrieron a la baja el lunes. (Foto: AFP)
Los principales índices de Wall Street abrieron a la baja el lunes. (Foto: AFP)

Los principales índices de Wall Street abrieron a la baja el lunes debido a que los inversionistas estaban preocupados de que el impulso agresivo de la Reserva Federal para frenar la inflación pueda llevar a la economía del país a una recesión.

El Promedio Industrial Dow Jones cayó 53,57 puntos, o un 0.18%, en la apertura a 29,536.84.

El S&P 500 abrió a la baja 10.51 puntos, o un 0.28% a 3,682.72, mientras que el Nasdaq Composite cayó 34.54 puntos, o un 0.32% a 10,833.38 en la campana de apertura.

Por su parte, el índice STOXX 600 de todo el continente bajó un 0.4%, extendiendo una derrota desde la semana pasada.

El principal índice bursátil de Alemania perdió un 0.1% después de que una encuesta mostrara que la confianza empresarial alemana se hundió más de lo esperado en setiembre.

Precio del petróleo

Los precios del crudo caían por segunda sesión consecutiva por miedo a una menor demanda de combustible debido a una posible recesión mundial provocada por la subida de las tasas de interés, así como por la presión adicional sobre los precios derivada del alza del dólar.

A las 10:12 GMT, los futuros del crudo Brent para entrega en noviembre perdían 42 centavos, o un 0.49% a US$ 85.73 el barril, tras bajar a US$ 84.51, su mínimo desde el 14 de enero.

Mientrasa, el West Texas Intermediate en Estados Unidos para entrega en noviembre (WTI) cedía 34 centavos, o un 0.43% a US$ 78.43. El WTI llegó a desplomarse hasta los US$ 77.21, el mínimo desde el 6 de enero. Ambos contratos cayeron cerca de un 5% el viernes.

El índice dólar, que compara al billete verde con una cesta de seis destacadas monedas, tocaba el lunes su nivel más alto en 20 años. Un dólar más fuerte tiende a reducir la demanda de petróleo, tasado en la divisa estadounidense.

Las subidas de tasas impuestas por los bancos centrales de numerosos países consumidores de crudo para luchar contra la creciente inflación han hecho temer una desaceleración económica y la consiguiente caída de la demanda petrolera.

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