El mercado de bonos gubernamentales debe tomar conciencia de los riesgos relacionados con el clima, según un informe que hace un llamado a que más países sigan el ejemplo de Chile en la emisión de deuda vinculada a objetivos de sostenibilidad.
Los esfuerzos actuales para otorgar un valor al capital natural y establecer un precio a los riesgos soberanos son ad hoc, fragmentados y de pequeña escala, según el grupo de investigación Finance for Biodiversity (F4B).
El uso de bonos vinculados a la sustentabilidad conectaría los resultados ambientales con el costo de la deuda nacional.
“Necesitamos un cambio fundamental en la forma en que operan los mercados de deuda soberana”, dijo Simon Zadek, presidente de F4B, señalando que tres cuartas partes de los prospectos de bonos soberanos en el 2020 no revelan ningún riesgo climático.
“Se necesita con urgencia una integración completa de las consideraciones de capital natural y la ampliación del uso de instrumentos vinculados al desempeño”, agregó.
El mercado de bonos vinculados a la sostenibilidad se ha disparado en el último año, pero hasta ahora casi todas las emisiones han sido realizadas por empresas. Los emisores soberanos han preferido los bonos verdes, donde los ingresos están reservados para proyectos ambientales. En cambio, los bonos vinculados a la sostenibilidad vincularían al país a objetivos como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Chile rompió ese molde esta semana mediante la venta de US$ 2,000 millones en bonos vinculados a la sostenibilidad con vencimiento en 20 años, la primera nación en hacerlo.
El país, que ya es el mayor emisor de América Latina de deuda ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa), pagará a los inversionistas una sanción determinada si no cumple los objetivos de emisiones y generación de energía renovable.
Algunos de estos bonos emitidos por empresas han sido objeto de críticas por establecer objetivos demasiado blandos. Muchos Gobiernos han establecido objetivos agresivos a largo plazo, pero se enfrentan a dificultades para reducir las emisiones reales, lo que hace que esa deuda sea más complicada. A principios de este año, el Banco Mundial publicó una orientación para los países que piensan emitir bonos vinculados a la sostenibilidad.
El informe de F4B argumenta que el costo del capital para los países está cada vez más impulsado por la vulnerabilidad climática y aumenta la posibilidad de incumplimientos, un riesgo que comienza a ser destacado por otros, como FTSE Russell.
Pide más innovación para abordar este problema, citando un acuerdo alcanzado el año pasado por Belice para reestructurar su deuda con condiciones medioambientales.