El frenesí por lo digital, incluyendo los llamados a crear criptomonedas oficiales, puede parecer una desafortunada moda pasajera, afirmó el vicepresidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Randal Quarles.
“El entusiasmo de siglos de Estados Unidos por las novedades” ha sido en su mayor parte beneficioso, manifestó. Sin embargo, advirtió que cuando ese entusiasmo “se junta con la susceptibilidad, igualmente estadounidense, a las novelerías y el miedo a perderse algo, también ha conducido a veces a una suspensión masiva de nuestro pensamiento crítico y a modas o manías ocasionalmente impetuosas e ilusorias”.
Las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) podrían generar serios riesgos y no resolverían ninguno de los problemas del sistema financiero, dijo Quarles en un discurso en la Asociación de Banqueros de Utah.
Reiteró su escepticismo en que Estados Unidos tenga una CBDC y buscó aplacar lo que considera un exceso de entusiasmo.
Cuando aparece una moda como la de los holgados pantalones de paracaidista en los ochenta, las consecuencias son meramente “desconcertantes o bochornosas” pero con una moneda podría ser más grave.
“Antes de ser arrastrados por lo novedoso, pienso que necesitamos someter las promesas de una CBDC a un cuidadoso análisis crítico”, advirtió.
Aunque hay una vara muy alta que superar, dados los costos potenciales y los riesgos de seguridad, Quarles dijo que no prejuzgaría el recientemente iniciado proceso de la Fed para examinar las perspectivas de un dinero digital oficial.
Una moneda digital de la Fed “sería un atractivo blanco de ciberataques y otras amenazas a la seguridad” o podría ser usada para lavar dinero, dijo.
En contrapartida, la principal atracción del bitcóin “es su novedad y anonimato”, dijo Quarles.
“El oro siempre brillará pero, por definición, las modas pasan. El bitcóin y monedas de ese tipo seguirán siendo casi ciertamente un riesgo y una inversión especulativa en vez de un revolucionario medio de pago”, afirmó.