Los inversionistas con dinero para ponerlo a trabajar deberían considerar colocarlo en fondos de cobertura y bienes raíces, ya que los activos tradicionales como las acciones y los bonos tendrán un rendimiento inferior el próximo año, según estrategas de JPMorgan Chase & Co., incluyendo a Nikolaos Panigirtzoglou.
Los denominados activos alternativos, que también incluyen las monedas digitales, la deuda privada y el capital de riesgo, “deberían seguir teniendo un rendimiento superior en 2022″, escribieron los estrategas.
Proyectan que la categoría rendirá un 11% el próximo año, el doble de la ganancia del 5% del universo de las acciones y la renta fija. Las criptomonedas pueden ganar, pero es probable que el camino sea demasiado accidentado como para recomendarlas como una tenencia principal, dijeron.
La recomendación forma parte de la perspectiva inaugural del equipo centrada en las inversiones alternativas, una categoría de activos que el banco estima en US$ 25 billones, el doble que en el 2014. Es cierto que muchos de estos vehículos no son fácilmente accesibles y pueden ser difíciles de abandonar debido a las restricciones de liquidez.
Si bien eso los hace menos que ideales para los administradores de dinero con un horizonte de inversión menor a un año, su perspectiva más brillante apunta a una oportunidad para impulsar el rendimiento, en opinión de JPMorgan.
“A diferencia de las clases de activos tradicionales, establecer posiciones y salir de ellas en tamaño es menos sencillo”, dijeron los estrategas en la nota de la semana pasada.
“Por lo tanto, es más adecuado para aquellos inversionistas institucionales que desean asignar nuevos flujos de efectivo a los alternativos, en lugar de los inversionistas institucionales que piensan en sus asignaciones estratégicas/de largo plazo a los alternativos”.
Los bienes raíces y las monedas digitales han subido este año, en parte porque los inversionistas se han volcado a inversiones que se consideran un refugio contra la inflación. Los bonos del Tesoro se dirigen a su primera pérdida anual desde el 2013 en medio de las señales de la Reserva Federal de que planea eliminar el apoyo de emergencia.
Mientras tanto, los observadores del mercado esperan en general que las alzas de las acciones se desaceleren en el 2022 después del repunte del 20% del S&P 500 este año, mientras que las advertencias son cada vez más fuertes sobre el enfoque tradicional 60/40 de una cartera equilibrada de acciones y bonos.
En opinión de los estrategas de JPMorgan, los fondos de cobertura —en particular los que eligen activos en función de las tendencias macroeconómicas— se preparan para brillar, ya que la reducción de las compras de activos por parte de la Fed estimulará la volatilidad del mercado y afectará los precios de los bonos.
Mientras tanto, consideran que el sector inmobiliario, especialmente el industrial y el residencial, se beneficia de la expansión de la economía a un ritmo superior a la tendencia.
Aunque se prevé que los activos digitales suban un 15% el próximo año, duplicando el rendimiento esperado de los fondos de cobertura y superando la ganancia del 12.5% de los bienes raíces, las bruscas oscilaciones de las criptomonedas disminuyen su atractivo, según las perspectivas de JPMorgan.
Un ejemplo es el bitcóin, un activo que el equipo de JPMorgan considera una inversión que compite con el oro. Con la volatilidad de la moneda aproximadamente cuatro veces mayor a la del metal precioso, el modelo de la empresa sitúa su valor justo en torno a los US$ 35,000.
Si la volatilidad relativa se reduce a la mitad durante el próximo año, entonces un precio objetivo de US$ 73,000 “parece razonable”, dijeron los estrategas. La moneda se cotizaba el martes en torno a los US$ 64,000.
“Esto desafía la idea de que un precio objetivo de US$ 100,000 o más, que parece ser el consenso actual para el 2022, es un objetivo de bitcóin sostenible en ausencia de una disminución significativa de la volatilidad del bitcóin”, escribieron los estrategas. “Los activos digitales están en un ascenso estructural de varios años, pero el punto de entrada actual parece poco atractivo”.