Los inversionistas deberían prepararse para un episodio de volatilidad bursátil esta semana, tras un largo periodo de calma, según una advertencia de la mesa de operaciones de JPMorgan Chase & Co.
El mercado de opciones apuesta a que el índice S&P 500 se moverá un 0.9% en cualquier dirección el jueves, basándose en el precio de los straddles at-the-money (donde el precio de ejercicio es idéntico al precio de mercado del activo subyacente) que vencen ese día, según Andrew Tyler, jefe de inteligencia de mercado en Estados Unidos de la mesa de negociación.
Antes de esa sesión se publicará el último índice de precios al consumidor, que podría desencadenar un movimiento de los operadores que apuestan a que la moderación de la inflación llevará a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés dos veces en 2024.
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“Hemos tenido múltiples exgobernadores de la Fed que sugieren que setiembre es apropiado para un recorte”, escribieron Tyler y su equipo el martes en una nota a los clientes. “Teniendo esto en cuenta, seguimos siendo tácticamente alcistas, pero con algo menos de convicción”.
Los banqueros centrales suelen considerar que el IPC subyacente, que excluye los componentes volátiles de los alimentos y la energía, es un mejor indicador de la inflación que el índice general. En mayo, el IPC subyacente aumentó un 0.16% con respecto al mes anterior, la menor alza desde agosto de 2021.
La previsión es que el IPC subyacente de junio aumente un 0.2% respecto al mes anterior. Si supera el 0.3%, es probable que se produzca una venta masiva de activos de riesgo, con una caída del S&P 500 de entre el 1.25% y el 2.5%, según Tyler. Pero Tyler solo prevé un 2.5% de posibilidades de que eso ocurra.
Si el IPC subyacente se sitúa entre el 0.15% y el 0.20% con respecto al mes anterior —el escenario más probable para la mesa de negociación de JPMorgan—, se espera que el S&P 500 suba entre el 0.5% y el 1%, según Tyler. Si se sitúa entre el 0.20% y el 0.25%, es posible que inicialmente se produzca una reacción negativa en la renta variable, pero la caída de los rendimientos de los bonos acabará apoyando a las acciones, lo que hará subir al S&P 500 entre un 0.25% y un 0.75%, señala Tyler.
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Cualquier cifra por debajo del 0.1% se considerará muy positiva para las acciones, lo que probablemente adelantará algunos pronósticos de recorte de tasas para julio y provocará un repunte de entre el 1% y el 1.75% en el S&P 500, añadió.
La posibilidad de una gran oscilación en torno al informe del IPC y la decisión de la Reserva Federal se produce en un momento en que la volatilidad de los mercados ha sido históricamente limitada. El índice de volatilidad Cboe, o VIX, cotiza en torno a 12, cerca de su mínimo de 52 semanas y lejos del nivel de 20 que empieza a preocupar a los operadores. El mercado descuenta una probabilidad de aproximadamente el 70% de que la Fed recorte las tasas en setiembre.
“Otra disminución sería una señal positiva para los mercados y probablemente haría que los llamados a un recorte en setiembre se volvieran ensordecedores”, escribió Tyler. “Una de las claves es si parte del descenso se atribuye a los precios de las viviendas, ya que han sido una de las fuentes de la persistencia y cualquier baja importante en este ámbito es bien recibida y puede presagiar aún más desinflación”.
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