En los últimos diez años, los mercados emergentes se han visto perjudicados por un exceso de endeudamiento erróneo a medida que los influyentes bancos centrales adoptaban una postura de aumento de los costos de endeudamiento, lo que ha acercado a los países con dificultades financieras a la suspensión de pagos.
Al menos esa es la opinión de Jay Newman, inversionista de fondos de cobertura convertido en novelista que ayudó a liderar la lucha de 15 años de Elliott Management Corp. contra Argentina tras el default del país en 2001. Para él, el incentivo para que los Gobiernos pobres sigan pagando a los acreedores extranjeros está desapareciendo mientras las tasas de interés mundiales se mantienen elevadas.
“Hay una gran mentira en los préstamos soberanos”, explicó, “que los países pueden y deben pedir prestado y, de alguna manera, tienen derecho a pedir prestado en dólares estadounidenses”.
Newman reiteró su advertencia de que se producirá una ola de impagos soberanos, alertando que el ciclo de endurecimiento monetario en las principales economías obligará a las autoridades de mercados emergentes a tomar la incómoda decisión de gastar en las necesidades de sus electores o asumir una deuda más costosa para pagar a los inversionistas extranjeros.
Los impagos en el mundo en desarrollo alcanzaron recientemente una cifra récord, según Fitch Ratings, y Sri Lanka es uno de los países que siguen luchando por alcanzar acuerdos de reestructuración con sus acreedores. Mientras que otros 11 países tienen bonos en dólares que rinden más de 10 puntos porcentuales por sobre los bonos comparables del Tesoro de Estados Unidos, según datos recopilados por Bloomberg, un umbral para que la deuda se considere en dificultades.
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Según Newman, estos son los países que corren mayor riesgo de caer en default si deciden aumentar el gasto en programas sociales y expansión económica en lugar de refinanciar su deuda vencida.
De los US$ 55,000 millones de capital sobre deuda pública denominada en dólares de mercados emergentes que vencen el próximo año, unos US$ 5,300 millones corresponden a países en dificultades, según datos recopilados por Bloomberg.
Y el riesgo sigue creciendo. La mentalidad crediticia de Wall Street está “demasiado arraigada”, afirmó Newman. “La idea de empezar de cero y decir ‘tenemos el modelo equivocado’ es algo que no ocurrirá”.
Perspectivas para Argentina
Argentina es uno de los ejemplos más tristemente célebres de sobrendeudamiento en los mercados emergentes, con nueve defaults desde que obtuvo la independencia.
Apenas tres años después de su último acuerdo de reestructuración, los inversionistas exigen 21 puntos porcentuales más de rentabilidad sobre bonos del Tesoro similares para mantener la deuda, según datos de JPMorgan Chase & Co.
La atención ahora se centra en las próximas elecciones presidenciales de octubre. Javier Milei, un outsider populista que ganó las primarias, ha prometido abolir el banco central y recortar drásticamente el gasto público si llega a la presidencia.
También quiere adoptar el dólar estadounidense y deshacerse del peso local, que se ha disparado tanto en los mercados oficiales como en los paralelos ante el aumento de la inflación.
Para Newman, la propuesta de Milei de dolarizar la economía ayudaría a dar estabilidad a la nación sudamericana.
Para Argentina, “hay otras cosas que se deben hacer para que las instituciones funcionen, pero es un gran comienzo”, dijo. “Piensen en cuántas monedas han tenido en los últimos 30 años. Cada vez que hay este tipo de complejidades, se convierte en un impuesto para los pobres”.
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