Redacción Gestión

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(Bloomberg).- La presidenta de la Janet Yellen parece estar convenciéndose de lo que argumenta desde hace un tiempo su antiguo rival Lawrence Summers: algunas de las fuerzas que no dejan subir las tasas de interés podrían ser duraderas y seculares.

Esto se refleja en una marcada rebaja de las proyecciones de tasas difundidas por los funcionarios después de su reunión del miércoles. Seis de 17 ahora prevén que habrá un solo aumento este año, después que el banco central elevara las tasas de cero en diciembre.

Las autoridades también frenaron el ritmo de los aumentos previstos tanto para el 2017 como para el 2018: ahora solo prevén tres incrementos en cada uno de esos años, mientras que en marzo esperaban cuatro, de acuerdo con su último pronóstico promedio.

En el pasado, Yellen atribuía el bajo nivel de las tasas principalmente a la persistencia de los vientos contrarios provenientes de la crisis financiera –crédito hipotecario restringido, por ejemplo- y sugería que aquellos se disiparían con el tiempo.

Pero el miércoles también hizo referencia a fuerzas más permanentes que podrían deprimir las tasas durante más tiempo: un aumento lento de la productividad y el envejecimiento de las sociedades, en los Estados Unidos y en gran parte del mundo.

'Nueva normalidad'.En una conferencia de prensa luego de que la Fed mantuviera la política sin cambios, Yellen habló de la sensación de que las tasas estén deprimidas por "factores que no van a desaparecer rápidamente sino que serán parte de la nueva normalidad".

Summers, que en el 2013 competía por la presidencia de la Fed antes de que quedara en manos de Yellen, sostiene desde hace varios años que Estados Unidosy otros países industriales están inmersos en un "estancamiento secular" de escaso crecimiento económico.

El elemento clave de su argumento es que un exceso de oferta de ahorro y la escasez de demanda deprimen las tasas de interés de equilibrio en el mundo avanzado, haciendo que para los bancos centrales sea difícil flexibilizar el crédito lo suficiente como para impulsar el crecimiento y la inflación.

La tasa de equilibrio o neutral es la que equilibra la oferta y la demanda de ahorro en una economía. Si un banco central quiere impulsar el crecimiento, tiene que llevar las tasas por debajo de ese nivel.

Michael Feroli, economista jefe estadounidense de JPMorgan Chase & Co. en Nueva York, dijo que Yellen parecía adherir al argumento de Summers en lo que hace a las tasas pero no al crecimiento.

"Creo que acepta la nueva neutralidad, la nueva normalidad –como quieran llamarla- en lo que se refiere a la tasas de los fondos pero quizá no en materia de crecimiento", señaló, apuntando que los pronósticos de largo plazo de la Fed de un crecimiento de 2% no se modificaron.

"Esta visión no es tan pesimista como la de Summers pero decididamente reconocen en alguna medida que una productividad más baja podría estar presente durante un tiempo", dijo Feroli, que rebajó su pronóstico de aumentos de la Fed para este año de dos a uno luego de la conferencia de prensa.