(Revista G de Gestión) Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) forman parte de un plan que busca conseguir un futuro sostenible para todos. Hacer del mundo un lugar mejor. Según un informe de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN), el Perú se ubica en la posición 63 de 165 países comprometidos con el cumplimiento de ODS. Si se evalúa en el ámbito de la región latinoamericana, el país está ligeramente por encima del promedio en cuanto a los avances en este cumplimiento. Entre los principales retos que tiene el Perú al 2030 se encuentran la reducción de desigualdades, el trabajo decente, la vida marina y la protección de los ecosistemas, por mencionar solo algunos.
En ese marco, las empresas que más destacan buscan incorporar parte de estos ODS en sus modelos de negocio con el objetivo de contribuir y alcanzar juntos la meta planteada. En el Perú ya existen compañías que han integrado los ODS como parte de su propósito de ser, y que han logrado un impacto significativo en el mercado. De acuerdo con la data de Perú Sostenible, en el mercado peruano se han identificado más de 300 iniciativas de empresas grandes, mypes y ONG que contribuyen con el cumplimiento de uno o más ODS.
El director ejecutivo de L+1, Emil Caillaux, comenta que existe un entendimiento en gran parte de los sectores corporativo e industrial sobre el tema de la sostenibilidad y su aplicación a través del cumplimiento de los diferentes ODS. “Muchos ven los ODS como una hoja de ruta para ser más competitivos en mercados que buscan la diferenciación para resaltar a través de un impacto positivo en las comunidades en que operan. Ese liderazgo transformador es lo que genera el optimismo en el sector”, señala.
Sin embargo, desde el Programa de Inversión Responsable (PIR) explican que, más allá de la popularidad de los ODS en las empresas, la incorporación de estos como parte de la estrategia de los inversionistas se encuentra en una etapa de construcción. “Lograr un futuro sostenible se trata tanto de minimizar el daño como de ofrecer soluciones. A pesar de las dificultades en la definición y medición de los ODS, el esfuerzo es necesario”, indican desde dicha iniciativa social.
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Mirada integral
Darío Díaz, director de sostenibilidad de Apoyo Comunicación, asegura que los ODS no pueden ser vistos aislados unos de otros, sino que todos están relacionados y su naturaleza es colaborativa. Por eso, aclara el especialista, requieren del compromiso y de la acción de todas las personas para poder hacerse realidad. “Esta es una tarea en que todos los sectores, es decir, el público, el privado y la sociedad civil, tienen un rol que cumplir”, afirma.
Para Díaz, en los últimos años se han registrado avances visibles del sector privado para, por ejemplo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y en la agenda de inclusión y diversidad, en especial porque en los últimos años se han desarrollado espacios en los cuales las mujeres vienen levantando sus voces en favor de la igualdad y la inclusión. Ello va en línea con los resultados del Reporte de Mesas en Acción que fomenta Perú Sostenible, donde se muestra que, al cierre del 2022, los mejores resultados estuvieron relacionados justamente con la equidad de género y la acción por el clima, las cuales vienen teniendo un importante crecimiento desde el año 2020. “Es necesario sumar nuestros esfuerzos hacia una acción conjunta que integre a los distintos sectores del país. Hacemos un llamado especial al sector privado a que se active y haga una sinergia con los aliados que permita madurar los modelos de negocio hacia una etapa estratégica y transformativa, integrando la sostenibilidad y generando impacto en el planeta, las personas y el bien común”, resaltan desde Perú Sostenible.
Casos de éxito
Caillaux, de L+1, destaca casos como el de Danper en Trujillo y el de Textil del Valle en Chincha, en que se han integrado los ODS como parte de su propósito de ser como empresa y han logrado un impacto significativo en el mercado. Otro ejemplo es el de Siderperu, que busca volver a la empresa más sostenible generando cadenas de valor.
“Eso les ha dado un reconocimiento nacional y regional, y fueron los que recibieron antes la primera línea de cartas de crédito sostenible por US$ 10 millones, destinada a promover la importación, la transformación y la eliminación de residuos sólidos, como la chatarra. Es decir, reinvertir en lo que los ha destacado en el mercado”, dice. Para el vocero de L+1, adoptar los ODS como objetivos de la empresa es difícil, debido a que requiere un compromiso verdadero, el cual no muchos son capaces de mantener, pero asegura que los resultados pagan en creces.
Las prioridades de los ODS para este año están enfocadas en reducción de la pobreza; hambre cero; educación de calidad; agua limpia y saneamiento; trabajo decente y crecimiento económico; y paz, justicia e instituciones sólidas. En esa línea, Sandor Lukacs de Pereny, profesor del MBA y de los Programas en Sostenibilidad de ESAN, explica que, en el marco del Plan Estratégico para el Perú (2023-2026), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ampliará la escala del apoyo que presta al gobierno peruano en su esfuerzo por alcanzar los ODS.
“El PMA reforzará la aplicación de políticas y prácticas alimentarias orientadas a reducir la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Esto es concordante con el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional ‘Visión del Perú al 2050’ y con las prioridades estratégicas establecidas en el Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible 2022-2026 de las Naciones Unidas”, comenta.
El aprendizaje en todo esto es que el desarrollo sostenible desde el sector empresarial no solamente es posible, sino también muy rentable, y que las empresas que aún no apuestan por ello están en el momento adecuado para integrarlo a sus planes estratégicos. El momento es ahora.