Los bonos de una central eléctrica a carbón en Chile se están recuperando de un mínimo histórico, alentados por una sequía prolongada que socava la generación hidroeléctrica.
Los menores caudales de los ríos han reducido la generación de las represas, lo que ha obligado al país a recurrir a fuentes de electricidad más sucias para mantener las luces encendidas. Eso ha sido una bendición para los US$ 500 millones en bonos con vencimiento en el 2025 de Guacolda Energía S.A., que registraron el mayor retorno de América Latina en agosto, de un 21%.
Los instrumentos han seguido subiendo y ahora se cotizan a 69 centavos por dólar, todavía en terreno “distressed”, pero por encima de los 54 centavos de julio.
Guacolda, cuyo principal activo es la planta a carbón en Huasco, a unos 550 kilómetros al norte de Santiago, se ha visto beneficiada por la peor sequía en la historia de Chile, que registró niveles de lluvia 50% bajo lo normal durante los últimos ocho meses.
Es un drástico cambio de escenario en comparación con principios de este año, cuando las perspectivas para los bonos se tornaron sombrías debido a un proyecto de ley que busca eliminar el uso de plantas de carbón para el 2025. Los ingresos del segundo trimestre cayeron un 25% debido a la expiración de los contratos de suministro a largo plazo que habían proporcionado la mayor parte de las ventas.
La sequía “refuerza el hecho de que el carbón sigue siendo necesario en el sistema y que eliminarlo desde el 2025 podría ser demasiado pronto”, dijo Alejandro Toth, analista de renta fija de Credicorp Capital en Santiago. “Además, las sequías suelen aumentar los precios spot, lo que beneficiaría a una empresa como Guacolda en el corto plazo”.
El carbón suministró el 39% de la electricidad de Chile en julio, frente al 34% de hace un año, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Energía. La energía hidroeléctrica cayó del 26% al 14%. El resto de la oferta provino de plantas de gas natural, así como de instalaciones solares y eólicas.
Chile no es el único mercado eléctrico que se ha visto afectado por un clima impredecible en la era del cambio climático. La generación de carbón de Estados Unidos aumentó un 34% en junio con respecto al año anterior, mientras que la producción hidroeléctrica cayó un 14% debido a sequías históricas en el oeste de EE.UU. y a precios más altos del gas natural. En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro advirtió el mes pasado que las plantas hidroeléctricas podrían dejar de funcionar debido a la sequía.
Si bien Guacolda obtuvo un respiro con la nueva demanda de energía a carbón, los problemas que acosaron a la compañía a principios de este año todavía pesan sobre los bonos.
En marzo, Fitch Ratings rebajó aún más la calificación de Guacolda dentro del grado especulativo, desde BB- a B, debido al vencimiento de sus contratos de suministro a largo plazo. Este año, su controlador, AES Andes SA, que tiene una calificación de grado de inversión, vendió su participación en la empresa como parte de su estrategia para depender más de las fuentes renovables de energía.
El comprador fue un grupo de inversión local que luego transfirió la propiedad a los administradores de activos Capital Advisors, con sede en Santiago, que ahora posee el 100%. Capital Advisors y Guacolda declinaron realizar comentarios para esta nota.
Otra amenaza proviene de un proyecto de ley patrocinado por la oposición que se abre paso en el Congreso y que adelantaría la eliminación progresiva planificada de las plantas de carbón en Chile desde el 2040 al 2025. Tal medida sería un “asesino” para los bonos de Guacolda, dijo en una nota Ezequiel Fernández, analista de la firma argentina Balanz Capital Valores.
Otros estrategas son más optimistas sobre los bonos, aunque reconocen los riesgos de que los inversionistas no recuperen su dinero en su totalidad. Credicorp Capital señala que incluso si la compañía solo puede devolver US$ 300 millones al vencimiento, eso aún les daría a los tenedores un rendimiento anual de alrededor del 9%.
Por ahora, las previsiones apuntan a que continúe la sequía en Chile. Las lluvias de agosto solo redujeron la escasez de precipitaciones de este año del 60% al 50%, según el Ministerio de Medio Ambiente.
Toth, de Credicorp, dice que no hay duda de que la tendencia a largo plazo en Chile es de más energía renovable con costos más bajos, un cambio que dejará vulnerables a las plantas de carbón.
“Sin embargo, este será un proceso gradual y Guacolda debería ser una de las plantas que permanezca operando por más tiempo debido a su eficiencia”, dijo Toth.