Los países fronterizos tendrán que devaluar aún más sus monedas, incluso después de la cascada de ajustes que ya se han realizado este año, según Goldman Sachs Group Inc.
Egipto, Pakistán y Líbano fueron los primeros países en dejar que sus monedas se debilitaran a principios de 2023, y Zimbabue, Nigeria y Angola siguieron su ejemplo este trimestre, en medio de una erosión de las reservas de divisas en todos los mercados fronterizos.
Pocos, salvo Nigeria, han ido lo suficientemente lejos, según dijeron Kamakshya Trivedi y sus colegas de Goldman en una nota a clientes fechada el miércoles.
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“Según nuestras estimaciones, solo el naira nigeriano probablemente se ha movido lo suficiente”, escribieron los analistas de Goldman. “Las otras divisas tendrían que moverse más en el entorno actual de tasas de mercado desarrollados más altas durante más tiempo, en particular, el peso argentino y la libra egipcia”.
Algunos de los ajustes son demasiado recientes para extraer conclusiones sólidas, advirtieron los analistas. Que estas monedas se hayan movido lo suficiente dependerá de la medida en que hayan suprimido las importaciones, impulsado las exportaciones y atraído nuevos flujos de cartera, dijo Goldman.
Una moneda más débil estimula la inflación y aumenta la carga interna de la deuda en dólares. Pero en un mundo de tasas más altas, permiten un descuento significativo en relación con los fundamentos, lo que puede atraer flujos de cartera.
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“Los movimientos iniciales de las monedas son positivos desde el punto de vista del crédito, aunque el impulso debe persistir”, dijeron los analistas de Goldman. “Sin embargo, es poco probable que los movimientos de las monedas por sí solos sean suficientes para mantener este desempeño superior del crédito, y tendría que ir seguido de reformas adicionales”.
Argentina
Argentina ha estado consumiendo reservas internacionales para apuntalar el peso, aplicando medidas que han incluido la creación de una serie de tipos de cambio diferentes para distintos grupos y la autorización de pagos de importaciones en yuanes chinos. Pero las próximas elecciones han retrasado cualquier decisión en la nación sudamericana.
Los inversionistas consideran que poner fin a los controles de divisas bizantinos es una prioridad clave del próximo Gobierno para atraer inversiones, frenar una inflación que supera el 114% y recuperar cierto grado de normalidad económica.
El optimismo de que los comicios de octubre den paso a una Administración promercado ha estimulado un repunte de los bonos, pero no está claro con qué rapidez podrá el Gobierno entrante resolver los problemas financieros del país.
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