La Liga1, primera división del fútbol peruano, tuvo un inicio de año desastroso. Luego de que se cancelaran las dos primeras fechas por protestas contra el gobierno, seis clubes decidieron no jugar la tercera. ¿Cómo se llegó a eso?
Desde el año pasado se viene cocinando una disputa por los derechos de transmisión de los partidos en la que nadie parece dispuesto a ceder. Gestión te explica en este informe todo el detalle administrativo, financiero y comercial de lo que está pasando.
El origen y la licitación
El punto de partida del conflicto se remonta al 2019. Ese año la Asamblea de Bases de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) aprobó sus nuevos estatutos. Allí se señalaba que la federación empezaría a ser la que administre los derechos televisivos del campeonato nacional.
Desde el 2013 y hasta entonces, el encargado de transmitir los partidos era el Consorcio Fútbol Perú (CFP). “Hace 10 años Telefónica (Movistar) se asoció con GolTV y constituyeron el CFP. Ellos negociaban individualmente los derechos con cada club”, explica Guillermo Ackermann, ex gerente de comunicaciones y asuntos institucionales de la FPF.
El Consorcio Fútbol Perú acordaba con los clubes, uno por uno, los montos a pagarles. “A mí me tocó negociar los contratos con el Consorcio. La FPF nos dio el consentimiento para hacerlo en su momento”, recuerda Felipe Cantuarias, ex presidente de Sporting Cristal entre 2011 y 2013. Los más grandes, por supuesto, recibían más dinero.
Por eso, la aprobación de la nueva regla generó rechazó en algunos equipos. Alianza Lima, Sporting Cristal y San Martín acudieron al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en marzo del 2021 para anularla. Tras idas y venidas legales, a finales de julio del 2022, el TAS desestimó el reclamo.
Entonces la FPF quedó libre para licitar los derechos de la Liga1, proceso que terminó el 10 de agosto del 2022. Al día siguiente se anunció que 1190 Sports, empresa respaldada por el fondo de inversión americano 777 Partners, había sido la ganadora.
La licitación tuvo una particularidad: se cerró inicialmente desierta, por lo que luego fue adjudicada mediante trato directo con 1190. Además, el proceso fue realizado en Chile. Todo eso generó desconfianza en varios clubes. “Hubo falta de transparencia. Se declaró desierto primero y luego apareció un tercero. Se escogió un modelo de manera directa sin la presencia de los clubes”, asegura Cantuarias.
1190 Sports es un comercializador de derechos deportivos. Es decir, no transmite directamente partidos, sino que los ofrece a cadenas televisivas. Como tal, ya acordó con operadores como DirecTV y Best Cable para que tengan el canal “Liga 1 Max” en su parrilla de contenidos.
Sobre las acusaciones, la FPF señaló que hicieron el proceso en Chile por “neutralidad y objetividad”, y porque habían contratado al Grupo Prisma -un holding chileno- como asesor.
Tres ‘frentes’
En la disputa por los derechos televisivos, los 19 clubes de la Liga1 se pueden dividir en tres grupos. El primero lo conforman los clubes que están a favor de acordar con 1190 Sports: Sporting Cristal, César Vallejo, Sport Huancayo y siete escuadras más. Todos ellos confirmaron que han recibido un primer pago de US$ 500 mil de dicha empresa.
En el segundo grupo están Universitario de Deportes, Sports Boys, Deportivo Municipal y Carlos Mannucci. Estos clubes tienen contratos con el Consorcio Fútbol Perú, pero que fueron firmados antes de la aprobación final de los nuevos estatutos de la FPF. Por ende, el ente deportivo les ha permitido transmitir sus partidos de local a través de GolPerú.
En el tercer bando están Alianza Lima, Melgar, Binacional, Cusco FC y Cienciano. Todos ellos renovaron sus vínculos con el CFP en diciembre último, disconformes con la decisión de la federación, la cual decidieron no aceptar.
Dependientes de ‘la tele’
Los derechos de televisión son irremplazables: constituyen por lejos el principal ingreso de los clubes peruanos. Según calculó en 2018 el Comité Consultivo de la FPF, representan el 51% de su facturación, en promedio. Muy por encima de la taquilla, el merchandising o los auspicios.
Y para algunos es mucho más. “Si sacas a la U, Alianza y Cristal, el resto de equipos dependen en un 70%”, asegura Felipe Cantuarias, quien integró dicho grupo de trabajo.
Cifras que respalda Diego Gonzáles Posada, presidente del Fondo Blanquiazul. “Parte de la columna vertebral de los equipos más pequeños son los derechos de TV. Nosotros tenemos otros ingresos, afortunadamente”, dijo a Gestión.
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Para José Ruidías, profesor de la Pacifico Business School, la importancia de la TV es incluso mayor por su impacto en otras fuentes de ingresos. “Están todos los patrocinios, a quienes no es lo mismo ofrecerles difusión televisiva que solo gente que va a estadios”, sostiene.
El modelo de 1190 Sports ofrece a los clubes un pago mínimo garantizado que representa un 20% más de lo que cobraban hasta el el cierre del 2022, lo que le resulta atractivo a los clubes más modestos.
Para los clubes con más historia, en cambio, el nuevo acuerdo con 1190 Sports no es tentador. Hasta el 2022 recibían alrededor de US$ 5 millones anuales y es a esa base que se le sumaría el 20%. “A la U y Alianza el CFP les ofrece US$ 10 millones (para el 2023). Con 1190 Sports se estima que serían US$ 6 millones. Es mucho dinero en disputa”, afirma Cantuarias.
“Hay clubes que apoyan porque antes alcanzaban un millón. Es una supuesta redistribución, pero hay clubes con más arraigo. La U y Alianza tienen el 70% de la hinchada nacional, es claro que deben tener mayores ingresos. Por eso la figura de equiparar es un absurdo”, considera Ackermann.
“Para mí hubo un despropósito de la FPF tratando de darle el mismo peso a todos en la balanza. Eso no puede ser así porque siempre hay motores en la industria”, afirma Ruidías.
En la FPF defienden su propuesta. “Es lo que se hace en las ligas más importantes del mundo. Por ejemplo, lo máximo que puede recibir un club de la Premier League es el doble del que recibe menos, mientras que en el caso de la Liga 1, la diferencia actual es más de siete veces”, dice Carlos Caro, su vocero legal.
La medida cautelar
Luego de que algunos clubes anunciaran sus renovaciones con el CFP, la FPF dio el golpe que tiene en vilo al fútbol peruano hasta ahora. El 16 de diciembre, obtuvo una medida cautelar que impide transmitir los partidos sin su autorización expresa.
En respuesta, siete clubes anunciaron el 1 de febrero que no participarían de la Liga 1 en el 2023. Entre ellos, Alianza Lima, Melgar y Sport Boys. Por eso, seis partidos de la tercera fecha terminaron en walkover. Aunque algunos han dado marcha atrás, cada fecha se desarrolla sin la seguridad de que todos los compromisos se darán.
“Nosotros tenemos un contrato vigente con el CFP. Esperamos que la FPF levante la medida cautelar y que nos deje ejecutar nuestro contrato”, reclama Gonzáles Posada, presidente del Fondo Blanquiazul.
Dos modelos enfrentados
¿Pero cuál es el modelo comercial más adecuado para explotar los derechos de televisión de la Liga1? El acuerdo con el CFP se rige por la exclusividad: solo se venden los derechos televisivos a un solo operador, Movistar, la principal empresa de TV por cable del país.
Perder la Liga1 podría ser catastrófico para su oferta de valor. “Es la diferencia entre la vida y la muerte para Movistar. Exclusivamente tienen la Liga1 y Canal N. Todo lo demás está en otros operadores. Perderían un montón de clientes”, asegura Ruidías.
Por su parte, 1190 Sports sigue un modelo de comercialización abierta, lo que le permite ofrecer los derechos televisivos a más de un operador, y acumular más dinero. “A partir del año cinco [del contrato], el fútbol peruano estará capturando US$70 millones por año, monto que se distribuirá entre los clubes”, dijo Hernán Donnari, CEO de 1190 Sports, a El Comercio.
Las salidas
La pregunta del millón es cómo podría resolverse esta crisis. “La salida está en manos de la FPF. La medida cautelar dice que solo pueden transmitir los que estén autorizados por ellos. La coexistencia sería lo más rápido”, estima Cantuarias.
Otra solución sería que 1190 Sports se una con el CFP. Eso fue precisamente lo que pasó en 2013 entre GolTV y Movistar para crear el consorcio actual. Un tercer escenario es que el CFP venda su negocio a 1190, lo que es improbable.
“Lo otro es seguir así hasta que alguien gane el proceso judicial. El status quo es lo peor, pierde el fútbol. Sin transmisión, no hay marcas, afecta la reputación de la FPF y los ingresos de los clubes”, agrega Cantuarias.