Una acumulación de fertilizantes en los principales puertos de Brasil es una señal de que los precios de los nutrientes podrían tener que bajar aún más antes de que los agricultores comiencen a comprar.
En Paranaguá, las bodegas privadas alcanzaron su capacidad máxima de almacenamiento de 3.5 millones de toneladas, según Luiz Teixeira da Silva, director de operaciones de Paranaguá.
La terminal operada por VLI Logistics, una de las dos en el puerto de Santos que almacenan fertilizantes, también está llena, según personas con conocimiento del asunto que pidieron no ser identificadas porque la información no es pública.
Los precios de los fertilizantes se dispararon a niveles récord después de que la guerra en Ucrania generara temores de escasez. Brasil importa cerca del 85% de sus fertilizantes y Rusia es el principal proveedor.
Al normalizarse los suministros, los precios han bajado en las últimas semanas, pero los agricultores siguen sin comprar. Están a la espera de más caídas de precios, según Marina Cavalcante, analista de Green Markets de Bloomberg.
“Los agricultores tienen la expectativa de que los precios sigan bajando tras los descensos de la semana pasada y la anterior”, señaló Cavalcante. “Así que esperarán a que haya más bajas para comprar”.
Brasil es el mayor exportador mundial de varios cultivos, incluida la soja. Los agricultores pueden retrasar sus compras hasta la víspera de la siembra de soja en setiembre. Pero si todos esperan demasiado, un apuro de último minuto podría provocar cuellos de botella en el transporte interior, lo que podría dejar a algunos con las manos vacías.