(Revista G de Gestión) Las buenas prácticas en factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) generan un impacto positivo en el desempeño de largo plazo de las empresas. Es por ello que escuchar de inversiones sostenibles es cada vez más común, y ya no solo en las salas de directorios.
Pero ¿qué son las inversiones sostenibles? Florencia Montalbetti, asociada de Inversiones ESG de Prima AFP, explica que son aquellas inversiones que incorporan variables sociales, ambientales y de gobierno corporativo en el análisis de inversión. Andrés Felipe Sánchez, líder en América Latina de Climate Bonds Initiative, añade que estas pueden apoyar la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono.
Así, la inversión sostenible se refiere a aquellas prácticas en las que los inversores buscan obtener rendimientos financieros al tiempo que promueven el valor ambiental o social a largo plazo. Esta combinación de enfoques de inversión tradicionales con conocimientos ESG ha llevado a los inversores a generar análisis más completos y a tomar mejores decisiones. “Estos tipos de instrumentos generan un rendimiento financiero, pero, adicionalmente, los recursos tienen una destinación específica a financiar proyectos o activos que logren un impacto ambiental positivo en el caso de los bonos verdes, un impacto positivo en la sociedad para el caso de los bonos sociales o un impacto favorable tanto para el medio ambiente como para la sociedad en el caso de los bonos sostenibles”, dice Sánchez.
Si bien el mercado de finanzas sostenibles todavía no ha despegado a gran escala en el país, existe un potencial de crecimiento. Y es que el Perú fue el primero en emitir un bono verde en la región en el 2014, y desde entonces el gobierno y otros actores estratégicos, como reguladores, instituciones financieras y el sector privado, vienen desarrollando iniciativas relacionadas con el clima y con la financiación sostenible. De acuerdo con cifras de Climate Bonds Initiative, hasta la primera mitad del 2022 el Perú era el cuarto mercado sostenible más grande de la región. Asimismo, los bonos verdes representaban el 18% del mercado peruano, mientras que los bonos sostenibles componían el 59%.
Janett Burga, gerente sénior de EY Law, explica que, en relación con ello, el mercado peruano ha avanzado en tres frentes importantes: emisiones temáticas (es decir, con bonos verdes, bonos sociales y bonos sostenibles), financiamientos con criterios ESG que efectúan las empresas financieras, y percepción de estándares de prácticas de buen gobierno corporativo y de sostenibilidad. “Estos han generado que los emisores peruanos tengan que compartir al mercado su grado de cumplimiento de estas materias, y que esta información esté al alcance del inversionista, por lo que cumplir con los estándares ha empezado a estar en el radar de estos actores”, menciona Burga, y añade que las inversiones sostenibles aseguran participaciones en negocios que tienen un horizonte en el largo plazo y un mejor rendimiento.
De acuerdo con un análisis realizado por EY en el 2021 sobre la rentabilidad de un grupo de empresas que incorporó variables de sostenibilidad con otras de su mismo rubro que no lo hizo, se descubrió que las primeras tenían un mejor ebitda y que sus utilidades netas las superaban en 73%. Otro estudio de EY, del 2022, indicó que los consumidores demuestran lealtad y afiliación a empresas que tienen un cumplimiento de principios ESG. “Los negocios o las empresas que no incorporen variables ESG en sus procesos de inversión se verán expuestas a resultados no tan favorables en el largo plazo y a no tener la preferencia de los consumidores”, resalta Burga.
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Factores naturales
De acuerdo con lo que comenta Montalbetti, de Prima AFP, el incremento de desastres naturales y eventos climáticos extremos ha magnificado el foco en el cambio climático, y ello se ha convertido en un tema de importancia al momento de invertir. En esa línea, explica la especialista, muchos inversionistas quieren medir la huella de carbono de sus portafolios y buscar alternativas de inversión para la mitigación y adaptación al cambio climático, tales como energías limpias, transporte descarbonizado, entre otras. Y, dada su relevancia en el mercado financiero en el Perú, Chile, México y Colombia, ya se requiere que los fondos de pensiones integren aspectos ESG en el proceso de inversión, mientras que en países como Colombia y Chile las empresas listadas en bolsa reportan la gestión de los aspectos materiales ESG para el sector al que pertenecen.
El representante de Climate Bonds Initiative afirma que las inversiones en sectores verdes, sostenibles y de transición podrían apoyar el cambio del Perú hacia un modelo económico más resiliente que se adapte a los impactos del cambio climático. “El enverdecimiento de la economía también puede conducir a un cambio positivo, ya que aportaría una mayor diversificación de las exportaciones y mejora de la competitividad al introducir nuevos instrumentos de inversión, generando un mercado más sofisticado”, explica.
Los retos aún son grandes, pero el mundo corporativo ya se dio cuenta de que necesitan más que promesas para tener un impacto y disminuir los riesgos que genera y generará el cambio climático en los próximos años. Para un futuro ya no muy lejano, todos los portafolios de inversiones aumentarán su participación en inversiones sostenibles. “Es el único camino si queremos seguir creciendo y viviendo responsablemente en este planeta”, puntualiza Sánchez.
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