
Este domingo se llevará a cabo la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Bolivia. Todo apunta a un giro de 180 grados en la forma en la que se ha venido gestionando ese país en los últimos 20 años, con predominio del Estado en la economía.
Dos candidatos encabezan las preferencias, según los sondeos más recientes, Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, ambos con alrededor del 20% de la intención de voto, ¿qué más dicen las encuestas?
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Más atrás, se encuentra Andrónico Rodríguez, el aspirante de la izquierda con mayor respaldo, pero con alrededor de solo el 5%. Y más abajo se ubica el candidato oficialista del Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo del Castillo, con 1.5%, según encuesta recogida por CNN.
El escenario más probable, dada la fotografía del momento, es que dos candidatos de derecha o liberales pasen a la segunda vuelta que sería en octubre, mientras que la izquierda se replegaría en la correlación de fuerzas políticas.
En este contexto, además, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha llamado al voto nulo, al considerar injusto el impedimento que se le impuso para participar de los comicios.
Claudia Pacheco, past president del Colegio de Economistas de Santa Cruz, indicó a Gestión que los dos candidatos punteros han prometido retomar la independencia de las instituciones públicas, incluyendo la del banco central. De esa forma, se buscaría que sus decisiones no estén supeditadas al Poder Ejecutivo.
“Las declaraciones que han realizado, no solo ellos dos que están a la cabeza, sino la mayoría de los candidatos de la oposición, ha influido positivamente en opiniones de organismos internacionales”, refirió la economista.
Según Pacheco, se ha reducido la demanda de monedas diferentes al boliviano, como dólares, soles y reales, consideradas “refugio” ante la inflación en ese país.

Mercado cambiario
Actualmente, existe un dólar controlado, a un precio fijado (al cierre de esta edición) en 6.96 bolivianos la venta. Sin embargo, en el mercado informal o paralelo, la moneda estadounidense cotiza a un mayor valor.
“(Los candidatos que encabezan los sondeos) coinciden en el hecho de que Bolivia tiene que reunificar el mercado cambiario, el banco central tiene que volver a un régimen de tipo de cambio flotante (como el de Perú) donde el peso boliviano tenga una sola cotización”, señaló uno de los principales economistas altiplánicos que prefirió el anonimato por su cercanía a los actores de la contienda presidencial.
La cotización del billete verde está en 13.6 bolivianos por dólar, según las fuentes consultadas. En mayo se disparó a 20 bolivianos y la tendencia desde entonces ha sido descendente.
En la misma línea, el precio de la moneda peruana frente al boliviano en el mercado paralelo está en 3.52 bolivianos. Hace tres meses se vendía a 5 bolivianos por sol, según confirmó este diario.
Como Gestión reportó en primicia hace dos años, y reconfirmó en meses anteriores, se observaba demanda de moneda peruana, principalmente en las zonas cercanas a la frontera. Incluso constató circulación de soles en la Paz. Sin embargo, según los analistas consultados, ese movimiento se habría desacelerado desde hace tres meses.
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Situación se agravó
En enero del 2006, inició el primer Gobierno de Evo Morales. Desde entonces, todas las elecciones fueron ganadas por el MAS. Janine Áñez, quien sucedió a Morales, asumió la presidencia, pero no por voto popular.
El actual presidente, Luis Arce, fue elegido por el MAS. Durante su mandato, la situación económica del país se agravó.
Si bien en algún momento se habló de un milagroso modelo boliviano, este se sustentó en la exportación de gas, cuando su cotización se encontraba en precios internacionales altos hasta el 2014 (ver nota vinculada).
“Evo Morales pudo recibir un flujo de dólares muy grande, lo que se mantuvo hasta al 2016 más o menos”, explicó la fuente previamente citada.

Impacto del modelo boliviano
En el 2006, Evo Morales nacionalizó la industria de hidrocarburos y el Estado pasó a controlar oleoductos, gasoductos y refinerías, incluidas las de Repsol-YPF. Los ingresos extraordinarios recibidos en los años de auge del Gobierno del MAS fueron destinados a financiar diferentes subsidios. Sin embargo, el esquema comenzó a resquebrajarse desde el 2014, y con mayor notoriedad a partir del 2016. Hoy Bolivia sufre escasez de dólares y de combustibles, lo que llevó al racionamiento del hidrocarburo y otros productos.
La insuficiencia de gas, tal como constató Gestión en octubre del 2024, ocasionó largas colas de vehículos en los grifos del país altiplánico. Ante esos problemas, la inflación a julio llegó a 25%.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.