Las elecciones están poniendo de relieve los problemas de los mercados emergentes, ya que la perspectiva de nuevos liderazgos abre oportunidades en la clase de activos.
Los argentinos volvieron a sorprender el domingo cuando acudieron a las urnas para elegir a su próximo presidente, y el resultado llegó apenas una semana después de que los votantes en Ecuador y Polonia respaldaran a nuevos líderes proempresariales. Por su parte, Egipto, India y México se preparan para sus propias elecciones en los próximos meses.
Esto añade un nuevo nivel de complejidad —y, para algunos inversionistas, optimismo— a los activos de los países en desarrollo. En conjunto, esas seis elecciones afectarán más de US$ 200,000 millones en bonos soberanos, según datos recopilados por Bloomberg.
Cualquier impulso relacionado con las elecciones ayudaría a compensar las pérdidas del año en la deuda, las acciones y las divisas de las economías emergentes, que han caído bajo la presión de la crisis inmobiliaria de China, la postura de tasas altas por más tiempo de la Reserva Federal y las guerras en Europa y Medio Oriente.
“Estamos entrando en un período electoral muy intenso”, afirmó Philip Fielding, codirector de mercados emergentes de Mackay Shields UK. “Existe un importante potencial para algunas sorpresas políticas positivas durante los próximos 12 meses, aproximadamente”.
Los inversionistas ya han conseguido ganancias tras las elecciones de este año. Una victoria en Ecuador de Daniel Noboa, un líder empresarial de 35 años de una adinerada familia exportadora de plátanos, ayudó a que los bonos de la nación con vencimiento en 2035 registraran el mayor avance en la región la semana pasada.
Las acciones, los bonos y el esloti polacos también avanzaron después de que la coalición pro Unión Europea derrocara al Gobierno nacionalista en lo que los administradores de dinero describieron como el mejor escenario para los mercados.
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El riesgo persiste
Sin embargo, no hay garantía de que todos los ciclos electorales resulten en avances en sus activos. Argentina está al borde de su sexta recesión en una década, el banco central no tiene dólares y los argentinos sufren bajo el peso de una inflación de tres dígitos, por lo que, bajo este escenario, los inversionistas en bonos se preparaban el lunes para más inestabilidad después de que el desempeño del ministro de Economía, Sergio Massa, frustrara las esperanzas de un rápido cambio en las políticas de gasto gubernamental.
La mayor parte de la deuda soberana del país cotiza por debajo de los 30 centavos por dólar, y los rendimientos indican preocupación por un décimo default, especialmente dado que hay una gran cantidad en deuda que expira el próximo año.
En ciertos países, “se necesitan algunas reformas económicas posiblemente difíciles que requieren que las partes interesadas de toda la economía hablen entre sí y lleguen a un acuerdo”, dijo Eamon Aghdasi, analista de deuda de países de mercados emergentes de Grantham Mayo Van Otterloo & Co.
Malcolm Dorson, gestor sénior de cartera y encargado de estrategia de mercados emergentes en Global X Management Co., dijo que estará atento a las elecciones presidenciales de México, que se celebrarán en junio del próximo año y donde los dos principales candidatos parecen más pragmáticos y centrados que la Administración actual. Cualquiera de los dos podría ayudar a reducir el riesgo político y atraer capital para financiar el desarrollo de nearshoring del país, afirmó.
“Vemos el ciclo electoral del próximo año lleno de catalizadores positivos para los mercados emergentes como clase de activo, y para varios otros países”, señaló.
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