La manera en que se crean, mantienen y celebran las amistades ha cambiado de manera exponencial durante la pandemia, por lo que la economía de la conexión pone un nuevo énfasis en cómo construimos y mantenemos las relaciones. A medida que los espacios públicos lentamente vuelven a abrir, los consumidores volverán buscando experiencias en persona. Sin embargo, la forma en la que las personas se conectarán no será igual que antes debido a que muchos consumidores enfrentan la ansiedad de reingreso a la sociedad.
“Seguirán dependiendo de las plataformas digitales y las comunidades en línea que mantuvieron su vida social activa durante los últimos dos años, por lo que el futuro de las relaciones y los cimientos de las comunidades será cada vez más un modelo híbrido entre las conexiones digitales y el mundo real”, asegura Blanca Hernández, experta en tendencias de WGSN.
Las iniciativas dirigidas por los consumidores ya están liderando este espacio con grupos como No More Lonely Friends, que invitan a extraños que solo se conocen a través de TikTok a encuentros en persona. Además, influencers como Florence Given están abriendo sus secciones de comentarios para que su comunidad encuentre seguidores afines en su área local.
Hernández precisa que los consumidores que están deseosos por volver y expandir su vida social desarrollarán una mentalidad de “anarquía de relaciones”, en la que todas las relaciones, sean románticas, sexuales o de otro tipo, se valoran al mismo nivel, presentando un cambio en el que ningún tipo de relación tendrá prioridad sobre el resto.
Aunque como en toda tendencia habrá perfiles diferentes, el modelo híbrido entre relaciones digitales y físicas es llamativo para todo tipo de público. Por ejemplo, para los consumidores que esperan con ansias incorporarse nuevamente a la sociedad, las redes sociales ayudan a expandir los círculos de amistades y de relaciones en general, que muchas veces inician en el ambiente digital y posteriormente se transfieren al mundo real.
Para los consumidores que continúan lidiando con el costo emocional del distanciamiento y aislamiento social, la tecnología y las plataformas digitales ayudan a satisfacer las necesidades sociales sin tener que volver a interactuar completamente de forma presencial.
Oportunidades
Hernández señala que una de las principales estrategias que las marcas pueden abordar es no centrarse únicamente en las conexiones románticas y sexuales de las personas, pues existe un panorama diverso con amigos, familiares y contactos profesionales. “Priorizar estas conexiones no románticas ayudará a que la comunicación de las marcas coincida con el interés de los consumidores de reequilibrar la vida social”, afirma.
Además, ya que vemos que las relaciones serán un híbrido entre el mundo real y el ambiente digital, personalizar la tecnología y las plataformas de medios digitales para proporcionar conexiones más humanizadas será de gran importancia.
Por ejemplo, la plataforma de servicio al cliente Dixa aprovecha una estrategia de ‘amistad con el cliente’: de la misma manera que los amigos de la Generación Z y los Millennials cambian de plataforma social para comunicarse, los agentes de Dixa están capacitados para usar sin problemas mensajes de texto, correo electrónico, WhatsApp, Facebook Messenger y chat en vivo para conectarse con los consumidores.
Cada vez más los consumidores buscan marcas no solo visualmente atractivas, sino que también se adapten a su estilo de vida. “Para seguir atrayendo nuevos consumidores y retener a los ya existentes, las marcas deben comprender y satisfacer las nuevas necesidades y comportamientos de conexión de las personas para que realmente resuenen con ellas en un panorama inter y posterior a COVID-19″, señala la experta de WGSN.
Los asistentes virtuales y que imitan a los humanos, como Alexa de Amazon, son conocidos y reconocidos por sus nombres, voces y personalidades humanas, pero a medida que crece la necesidad de intimidad de los consumidores, no solo buscarán ver la tecnología humanamente, sino que también se conectarán con ella humanamente.
“Esto significa que esperarán que los servicios tecnológicos interactúen y funcionen de la misma manera que lo haría un amigo, incluida la capacidad de retener y verificar información personal, captar señales emocionales e imitar el lenguaje y la terminología”, dice Hernández.