El precio del cobre atraviesa una racha al alza gracias a una demanda potenciada por el uso de este metal en la transición energética, desde los vehículos eléctricos a los paneles solares, pasando por la industria eólica.
En este contexto floreciente, la minera británica Anglo American rechazó el viernes una oferta de compra de su rival australiana BHP, por US$ 38,800 millones, por considerarla demasiado baja y “muy poco atractiva”.
Los precios del cobre están en alza desde febrero y este viernes la tonelada de cobre escaló sobre la cota de los US$ 10,000 por primera vez desde abril de 2022 en la Bolsa de Metales de Londres (LME).
Con esta racha alcista, el metal rojo se acerca a su máximo histórico de US$ 10,845 por tonelada, una marca registrada en marzo de 2022 por la disparada de las materias primas con la guerra en Ucrania.
“El nuevo petróleo”
“Si el mundo se orienta hacia un futuro más verde, el cobre se convierte en el nuevo petróleo”, explica Kathleen Brooks, analista de XBT.
El cobre, un metal de alta conductividad y muy dúctil, tiene muchos usos en la transición energética. Antes, era utilizado en la construcción, el cableado eléctrico y la fabricación de instrumentos de cocina.
Para Ole Hansen, analista de Saxobank, este metal es “crucial” para la transición verde y para “las infraestructuras de energías renovables, debido a su uso en el cableado y los conductores de paneles solares, las turbinas eólicas y otros equipos”.
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El cobre también es una materia prima fundamental para los vehículos eléctricos.
Otros factores que contribuyen a la demanda en alza es la necesidad de modernizar las redes eléctricas debido al aumento del consumo de energía y su uso para el almacenamiento de energía en las baterías.
Un auge de la demanda
“La transición mundial hacia la energía eléctrica actúa como un catalizador adicional (para la demanda) ya que las fuentes de energía renovables como las eólicas y los paneles solares y los vehículos eléctricos necesitan cantidades significativas de cobre”, indica a la AFP Dan Coatsworth, analista de AJ Bell.
El uso del cobre en la industria llevó a que la demanda de este metal se conozca desde hace tiempo como un indicador llamado “Doctor Cobre” (Dr Copper en inglés), que sirve como barómetro del estado de salud de la economía mundial.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el mercado del cobre creció en un 50% entre 2017 y 2022 y roza los US$ 200,000 millones.
La cantidad de cobre consumida en el mundo se ha duplicado en los últimos 20 años.
Una oferta en tensión
La oferta está bajo presión por varias huelgas, las tensiones geopolíticas, las nuevas reglamentaciones y la disminución de la cantidad de metal que se puede extraer en algunos yacimientos en declive.
Los principales productores mundiales son Chile, seguido por Perú, República Democrática del Congo, China y Estados Unidos, según Statista.
“La exploración minera es un proceso increíblemente costoso”, afirma Coatsworth. “Muchas veces pasan diez años entre el descubrimiento de una fuente de cobre hasta su extracción comercial”.
Además el experto señala que es difícil encontrar yacimientos de cobre donde haya suficiente material en la roca, para que la extracción sea “viable económicamente”.
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