La Administración Biden está trabajando con los países productores de petróleo para garantizar que la oferta aumente para satisfacer la demanda, según la Casa Blanca, a medida que los precios suben al nivel más alto en siete años.
La Casa Blanca planea continuar monitoreando los precios en el contexto del crecimiento global y mantener conversaciones con los países de la OPEP+ según sea necesario, dijo el martes la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Horne, en un comunicado.
“Continuamos trabajando con los países productores y consumidores, y estos pasos han tenido efectos reales en los precios y, en última instancia, las herramientas continúan sobre la mesa para que podamos abordar los precios”, señaló Horne.
El aumento de los precios de la gasolina ha sido un importante impulsor de la inflación durante el mandato de Biden y la Casa Blanca ha tratado de contener los costos para los automovilistas. El aumento de los precios está afectando el índice de aprobación de Biden y dificulta que los demócratas mantengan el control de la Cámara y el Senado en las elecciones de noviembre.
En noviembre, Biden anunció la liberación de 50 millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo en una acción coordinada con India, Japón, Corea del Sur y China. La Administración vendió 18 millones de barriles de petróleo de la reserva, los que espera que se entreguen al mercado en febrero y marzo, señaló Horne.
Biden también ha pedido a la Comisión Federal de Comercio que investigue la “conducta potencialmente ilegal” de las empresas de petróleo y gas. La Casa Blanca ha dicho que los aumentos de precios en las estaciones de servicio, incluso cuando el petróleo estaba más bajo, sugiere la posibilidad de un comportamiento anticompetitivo.
Biden está comprometido a trabajar con otros países para reducir el costo del petróleo y, en última instancia, los precios de la gasolina, informó Horne.
El petróleo está aumentando a medida que la sólida demanda y la escasez de suministros hacen que los mercados físicos se disparen en la región de mayor consumo del mundo.
Los futuros en Nueva York subieron a US$ 85.74 por barril, el nivel más alto desde octubre del 2014. Los operadores están pagando primas cada vez más altas por los cargamentos en Asia, a medida que se desvanecen los temores sobre el impacto en la demanda de ómicron, mientras que los suministros se reducen por una serie de paralizaciones desde Libia a Norteamérica.
Esta semana, combatientes hutíes de Yemen afirmaron haber lanzado un ataque con drones en Emiratos Árabes Unidos que provocó una explosión e incendio en las afueras de la capital Abu Dabi.
La nación es el tercer mayor productor de la OPEP. Los disturbios en Kazajstán y Siria también han avivado las preocupaciones sobre una oferta limitada, mientras que la demanda posterior a la pandemia se ha mantenido estable a pesar de la aparición de nuevas variantes.
La Administración ha dicho que ha trabajado en coordinación con miembros de la OPEP+, incluidos Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, para ayudar a abordar las presiones sobre los precios. Aun así, las naciones productoras de petróleo han tenido problemas para aumentar la producción después de implementar fuertes recortes durante la pandemia.
Algunos legisladores han instado a Biden a prohibir las exportaciones de petróleo de Estados Unidos, aunque los expertos de la industria han advertido que tal medida sería contraproducente al generar confusión en los mercados internacionales. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm dijo el mes pasado que la idea ya no estaba bajo consideración dentro de la Administración.