(G de Gestión) El mercado de edificios verdes y sostenibles en el país venía creciendo a un ritmo acelerado. Prueba de ello es que, durante los últimos cinco años, alrededor del 90% de las nuevas construcciones de edificios de oficinas de categoría prime obtuvieron la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design, Liderazgo en Diseño Ambiental y Energético).
Esta tendencia demuestra un claro compromiso por parte de desarrolladores y promotores inmobiliarios en adoptar prácticas que reduzcan el impacto ambiental de las construcciones y promuevan la sostenibilidad. Asimismo, acredita que el proyecto ha sido gestionado con estándares de ecoeficiencia y que cuenta con el uso de estrategias sostenibles y ecoamigables. En el Perú existen más de 400 proyectos certificados, entre diversos sistemas.
Sin embargo, en los últimos años —principalmente tras la pandemia—, ya no se sigue la línea recta del crecimiento. Los factores y las razones son diversos y van desde la inestabilidad política, que coloca los proyectos de inversión en stand by, hasta la inflación mundial, que ha generado un alza en los costos de materiales de construcción. Todo ello pasando por una crisis sanitaria mundial que llevó a variaciones en la forma de trabajar y a una menor demanda por proyectos inmobiliarios de oficinas.
Franco Vinatea, gerente general de Binswanger Perú, explica que existe menor actividad en construcción de edificios de oficinas, debido a que aún la tasa de vacancia es alta y las tarifas recién están iniciando su recuperación. “Esta disminución en la construcción se debe principalmente a factores relacionados con el mercado de oficinas en general. No obstante, podemos afirmar que, una vez superada la fase de recuperación y de que se dé lugar a la expansión, este tipo de activo seguirá siendo desarrollado y valorado por la demanda”, asegura.
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De acuerdo con lo que explica Vinatea, la demanda de estos proyectos está centrada en dos grandes grupos. Por un lado, se encuentran las empresas que, debido a las exigencias de su casa matriz en el extranjero o a su propia imagen de marca, requieren que sus oficinas se encuentren en un edificio con una certificación específica; y por otro, aquellos que buscan características que se hallan comúnmente en este tipo de construcciones en cuanto a diseño, arquitectura o equipamiento.
Luis Sánchez, senior consultant de JLL, comenta que, conforme se vaya recuperando la situación global y local, se espera que se retome la tendencia de construir este tipo de proyectos. “Hacia el cierre del año, las perspectivas se mantienen conservadoras. Esperamos estabilización y recuperación para que retome la tendencia del 2019″, menciona.
Precisa, además, que en la búsqueda de estos proyectos existe un creciente interés por la automatización sostenible orientada a sistemas smart building, que son aquellos edificios en que los sistemas de monitorización y seguridad, iluminación, control de suministro eléctrico y consumo, entre otros, están conectados en red.
Bono verde
Javier Salazar, vicepresidente del Comité General de Promoción y Desarrollo Inmobiliario de Capeco, manifiesta que, según cifras del 2021, el 90% de los edificios verdes correspondió a la certificación Mivivienda Verde, seguida de la certificación EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies, Excelencia en Diseño para una Mayor Eficiencia), más una muy pequeña participación de la certificación LEED.
Sin embargo, asegura que la certificación Mivivienda Verde viene desacelerándose por la reducción de los incentivos de tasa para los compradores que otorga el Fondo Mivivienda y el incremento de las exigencias para la certificación. Mientras que la certificación EDGE viene creciendo, impulsada con incentivos entregados a través de los bancos con recursos de la Corporación Financiera Internacional (IFC).
“El Minam viene desarrollando la Taxonomía del Financiamiento Verde para la Construcción. Esta iniciativa permitirá a los bancos acceder a financiamiento verde internacional para el desarrollo de más edificios verdes en el país”, cuenta Salazar.
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Según dice, existe mayor conciencia en los compradores respecto del impacto en el medio ambiente y de la importancia de la reducción de la huella de carbono por los proyectos que se construyen en el país.
Para Ricardo Arbulú, director de la Asociación de Empresas Inmobiliarias (ASEI), el desarrollo de edificios verdes en el Perú y el impulso por las construcciones sostenibles vienen de la mano de las ordenanzas distritales que buscan incentivar la apuesta por proyectos verdes con beneficios normativos.
En relación con los precios, desde Binswanger Perú afirman que no se observa una gran diferencia en las tarifas de alquiler entre un edificio verde y uno tradicional. Pero la distinción clave de este tipo de activo radica en su costo de mantenimiento. Debido a su equipamiento y arquitectura sostenible, los edificios verdes ofrecen ahorros significativos.