
La incertidumbre y desconfianza se instalaron sobre la economía estadounidense, lo que está pasando factura a su moneda, el dólar, que en lo que va del año baja en magnitudes insólitas contra las principales divisas.
A nivel global, el dólar decayó 10.8% en el primer semestre y en el Perú retrocedió en 5.8% de S/ 3.761 a S/ 3.544, su menor nivel en cinco años. Pero, en un análisis dinámico, se observa que el billete verde sufre su mayor caída en al menos 15 semestres, según datos del Banco Central de Reserva (BCR), ¿qué hay detrás?
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El exacerbado descenso del dólar obedece a la simultánea presencia de factores de índole externo e interno, principalmente las medidas comerciales y económicas desplegadas por el mismo Gobierno de EE.UU.
Así, la política arancelaria propugnada por el presidente Donald Trump, una de las líneas matrices de su programa de gobierno, empezó a causar estragos en la economía de EE.UU. y, por tanto, a debilitar las perspectivas de crecimiento de ese país, lo que confabula contra su divisa.
“El dólar a nivel global ha perdido mucho valor y es probable que siga con esa tendencia. El dólar ha dejado de ser refugio (para los inversionistas) por varias razones, entre las que figura la guerra comercial”, señala a Gestión Diego Marrero, portfolio manager de Blum.

Primeros impactos
En igual dirección, el analista de Scotiabank, Ricardo Ávila, menciona que la percepción de una economía (de EE.UU.) más débil ha hecho que el índice dólar (DXY) caiga a sus niveles más bajos desde mediados de marzo del 2022.
“Ya se ha visto los primeros impactos del conflicto comercial entre EE.UU. y el resto del mundo, de acuerdo con la data al primer trimestre. El PBI de EE.UU. se contrajo en 0.2% –la mayor caída en tres años– ante el mayor ritmo de importaciones, previniendo un impacto en los precios. De igual manera, indicadores adelantados de la economía en los primeros meses del 2T25 (segundo trimestre) continúan demostrando el impacto”, refiere.
En mayo, además, la actividad industrial estadounidense se redujo por tercer mes consecutivo, mientras que el comercio retail se desaceleró en los dos últimos meses, entre otros signos de debilitamiento, acota.
Marrero advierte que, asimismo, hay preocupación por el proyecto de ley de presupuesto de Donald Trump –que, según sus designios, debe ser aprobado antes del 4 de julio por el Congreso–, pues contempla un recorte fuerte de impuestos y aumento de gastos, lo que implicará un aumento del déficit fiscal de ese país y, por consiguiente, mayor necesidad de endeudamiento que podría ejercer presión adicional sobre las tasas de interés. “En el corto plazo puede provocar mayor actividad económica, pero a mediano plazo comprometerá las finanzas públicas (de EE.UU.)”, añade.
De hecho, la Oficina de Presupuesto del Congreso de EE.UU. (CBO) estima que la propuesta del partido republicano incrementará en US$ 3.3 billones la deuda de ese país.
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Recortes de tasas
El ejecutivo de Blum indica que el mercado prevé de dos a tres recortes de la tasa de interés de la Reserva Federal (Fed) pues la inflación ha bajado a cerca de 2%, y la tasa real es de 3.25%, que resulta recesiva en momentos en que los datos económicos de ese país no vienen bien.
Pero a ello se suma el afán manifiesto de Trump de colocar como presidente de la Fed –a partir de mayo del 2026– a alguien con perfil más dovish o claramente inclinado a bajar las tasas de interés para estimular la economía, lo que alimenta las expectativas del mercado en torno a un dólar más débil, sostiene.

El índice global del dólar perdió valor por un aumento de la deuda, previstos recortes de impuestos y un déficit de 6.5% del PBI de EE.UU., lo que refuerza los cuestionamientos acerca de si esa economía podría enfrentar una crisis fiscal, contexto en el que los inversionistas se dan cuenta de que están sobre-invertidos en ese país, y entonces apuntan como destinos a Europa o mercados emergentes, afirma el gerente de estudios económicos de BCP, Carlos Prieto.
Mucha oferta
En el plano local, Marrero destaca que hay mucho flujo de oferta de dólares, provenientes en particular de empresas como las mineras, cuyas exportaciones repuntan y deben vender el billete verde para pagar impuestos, lo que acentúa su depreciación.
El Banco Central de Reserva (BCR) actualizó recientemente sus proyecciones con un superávit en la balanza comercial del Perú que se elevará a más de US$ 28,000 millones este año.
Con este marco, el gerente de Blum considera que el dólar podría en el corto plazo descender a S/ 3.50 e incluso “romper” ese nivel, pues la economía local muestra estabilidad y una política monetaria apropiada que, junto con rendimientos atractivos de los papeles de deuda peruanos –respecto de su riesgo–, “es posible que atraiga más dólares al mercado local”. Aunque ello estará supeditado a qué tanto se debilite la divisa a nivel global, acota.
No vislumbra un repunte de la moneda estadounidense a fin de año por la incertidumbre electoral, ya que este sentimiento recién se percibiría en el 2026.
Cobre
Sin embargo, Ávila espera que durante los próximos meses el dólar se mantenga alrededor de S/ 3.60 y hacia fines del 2025 se ubique en un rango de S/ 3.65 a S/ 3.70.
“Los factores detrás de la ligera depreciación del sol es que podría haber una desaceleración en el precio del cobre durante el 4T25 y, por otro lado, la incertidumbre ante las elecciones presidenciales en el 2026 comenzaría desde finales del año. Estos dos factores podrían hacer contrapeso a los fundamentos externos del sol”, expresa.

Economista periodista. Estudió economía en Pontificia Universidad Católica del Perú. Editor de Finanzas por 10 años.