La cantidad de deuda con fines sociales a nivel mundial se disparó a un récord de US$ 5.1 billones en el primer trimestre, una suma que el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) espera que se siga incrementando.
Los Gobiernos y las empresas están aumentando los préstamos vinculados a objetivos ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG, por sus siglas en inglés), lo que ayudó a que dicha clase de deuda se expandiera desde los US$ 3.8 billones del año anterior, según datos del IIF. Es una tendencia que el grupo de la industria financiera espera que continúe.
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“Esperamos que la emisión de bonos ESG se mantenga fuerte”, escribieron el miércoles en el informe la economista Khadija Mahmood y el director de investigación de sustentabilidad, Emre Tiftik.
“Dada la capacidad fiscal limitada de los Gobiernos para dirigir recursos adicionales hacia el cambio climático (debido a la mayor carga de deuda), la financiación adicional en esa escala solo puede canalizarse mediante la catalización del capital privado”, agregó.
Las economías maduras, encabezadas por Estados Unidos y la Unión Europea, albergan alrededor de US$ 3.6 billones, o el 70%, de la deuda ESG mundial, según el IIF.
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Los mercados emergentes, por su parte, se han quedado rezagados en cuanto a la emisión. Los países de frontera y de economías emergentes vendieron solo US$ 45,000 millones en el primer trimestre, casi la mitad de lo que emitieron en el trimestre anterior, según muestran los datos.
En total, las naciones en desarrollo representan solo US$ 740,000 millones del universo total de deuda ESG, y China es responsable de aproximadamente el 40% de eso.
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