Cada hito del mercado logrado en el 2020 es un recordatorio de los extraordinarios esfuerzos de la Reserva Federal para mantener la situación a flote, y la expectativa de que continuará haciéndolo.
Considere la situación en los mercados actuales. El dólar se encuentra al nivel más débil desde abril del 2018, gracias a unos rendimientos del Tesoro por debajo del 1%. Es una gran noticia para los mercados emergentes, y las emisiones de bonos en dólares en Asia ahora superan los US$ 400,000 millones por primera vez en la historia.
La renta variable mundial está en máximos históricos y el cobre ronda un máximo de siete años. Incluso Bitcoin ha tocado nuevos récords. Y no se puede negar que la Fed ha tenido mucho que ver con eso.
El punto idóneo para los activos de riesgo y la Fed puede ser uno en el que a las economías les vaya bien, pero no demasiado bien; lo suficientemente fuerte como para apuntalar la economía, pero no tanto como para que la inflación comience a despegar.
Los estrategas de empresas como Morgan Stanley, Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co. esperan que los mercados en general vayan bien hasta el 2021 a medida que las vacunas para el covid-19 estén disponibles y la economía mundial continúe recuperándose.
Con unos precios tan ajustados, todo podría colapsar si la economía se calienta tanto que la inflación despega y la Fed comienza a considerar la posibilidad de retirar el apoyo, o incluso subir de las tasas.
Por ahora, sin embargo, muchos estrategas parecen sentirse cómodos con la situación actual, basándose en la afirmación del presidente de la Fed, Jerome Powell, de junio de que “ni siquiera estamos pensando en subir las tasas”. El consenso entre los estrategas es de más estímulo, en lugar de menos, y los swaps de índices a un día no están valorando un aumento de la Fed hasta finales del 2023.
“Creemos que la Fed está siguiendo silenciosamente la situación y no permitirá que el mercado altere su postura de tasas más bajas por más tiempo”, dijo Anders Faergemann, gestor de fondos de PineBridge Investments en Londres. “Sería demasiado pronto para hablar o posicionarse para otra rabieta de venta de bonos”.