(G de Gestión) El negocio de banca privada está en expansión en el Perú. Cada año se suman nuevos competidores, ya sean bancos internacionales, asesores externos o multifamily offices, y hoy se calcula que hay unos 50 jugadores, lo que se traduce en una propuesta de valor cada vez más sofisticada. “Es notable ver el crecimiento del mercado de multifamily offices, una tendencia que sigue la que habíamos observado en Chile hace una década”, resalta Ezequiel Lazcano, managing director and market manager for Latam South en J.P. Morgan Private Bank.
En parte, esto responde a que la riqueza en el país viene creciendo, pese a los baches por los que ha atravesado la economía. Se calcula que en los últimos ocho años el número de peruanos con un patrimonio mayor a US$ 1 millón pasó de aproximadamente 7,000 a 9,000, según Antonio Risso, managing director de Wealth Management de Credicorp Capital.
Las actividades que más han contribuido a este incremento son las del sector inmobiliario, las fusiones y adquisiciones, las ligadas a commodities (minería, pesca), las de retail y la agricultura (de cultivos no tradicionales). La riqueza en el Perú se ha generado mayoritariamente a través de empresas familiares.
Ha habido dos momentos clave en el desarrollo reciente de la banca privada peruana. El primero, hacia el 2016, fue cuando se estableció la amnistía tributaria para las personas con fondos en el extranjero, que motivó un flujo importante de repatriación. El segundo se produjo a partir de la fuga de capitales tras el temor generado por la elección presidencial de Pedro Castillo. “Las bancas privadas asociadas a los bancos locales gestionan más de US$ 17,000 millones en el exterior, y se estima que las plataformas de brokers o wealth managers, más de US$ 6,000 millones. Existe un océano azul para generar una oferta de valor potente fuera”, anota Carlos Medina, head de Banca Patrimonial de BanBif Selecta.
En los últimos meses, Patricia Martínez, head de Banca Privada de Scotiabank, ha visto que entre el 10% y el 15% de los capitales que salieron en el 2021 ha retornado al país. Para Risso, de Credicorp, “los nuevos excedentes que las personas generan se quedan en el Perú”. “Los retornos son muy tímidos, pero por lo menos ya se frenó la tendencia de salida. Tiene que existir más claridad a nivel político y económico para que haya más confianza, de modo que el dinero regrese de forma masiva”, considera.
LEA TAMBIÉN: Hasta no tener claridad política y electoral riqueza de peruanos no regresará al país
Las tendencias
La salida de capitales trajo consigo una sofisticación del cliente peruano de alto patrimonio. Martínez explica que esto se da porque la gestión offshore es más avanzada, lo que empuja a que el inversionista se eduque y se habitúe a no limitarse a instrumentos de muy bajo riesgo, sino a tomar en cuenta también acciones, bonos o fondos.
Por eso, la banca privada local ofrece más productos de inversión, como los alternativos, que tienen, además, retornos interesantes y menor volatilidad relativa. Risso apunta que hoy representan entre el 10% y el 30% del portafolio de los clientes. “Es una tendencia muy grande”, asegura. La preferencia es por deuda privada. Según Martínez, esto pasa porque ofrece retornos predecibles, lo cual le da tranquilidad al inversionista peruano.
“Entre nuestros clientes con patrimonios muy elevados (ultrahigh net worth clients), ha habido una mayor atención en alternativos, en detrimento de los mercados líquidos tradicionales (bonos y acciones) y, en relación con ello, una tendencia a desintermediar a los proveedores y acceder directamente a los gestores de activos en el sector inmobiliario, private equity, venture capital y hedge funds”, revela Lazcano, de J.P. Morgan.
Otra práctica recurrente es el mayor involucramiento en la línea sucesoria de las empresas familiares. Medina, de BanBif Selecta, sostiene que han cobrado relevancia los servicios integrales de estate planning a través de vehículos financieros para la protección y gestión patrimonial, como los trusts o los seguros privados de vida. El traspaso del patrimonio a la siguiente generación hace que el modelo de asesoría sea más holístico.
LEA TAMBIÉN: Una inversión bien colocada en instrumentos alternativos puede mejorar el retorno
Las nuevas generaciones de clientes de alto patrimonio, de entre 30 y 50 años, demandan productos más sofisticados y globales. Su perfil de riesgo es más agresivo, se involucran más en la gestión de su portafolio y apuestan más por inversiones sostenibles (ESG). J.P. Morgan nota que alinean sus inversiones con sus valores. “Avanzan en línea con las megatendencias, como energías renovables, internet de las cosas y ciberseguridad”, indica Medina.
Además, hoy la mujer toma más las riendas del patrimonio familiar. El 40% de los clientes de banca privada de Scotiabank y BanBif se compone de mujeres. La asesoría debe adaptarse a este público. Ellas son más analíticas que los hombres, tienen mayor conciencia de la planificación y tienden a armar portafolios según objetivos.
LEA TAMBIÉN: Récord de bitcoin: cuatro economistas analizan si conviene que los peruanos inviertan
Oportunidades
- J.P. Morgan ve oportunidades de inversión en ambos lados del espectro: todo lo relacionado con tendencias emergentes (como la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos, la sostenibilidad y la transformación energética), así como en sectores más sensibles, como CRE (commercial real estate).
- Además de las inversiones alternativas, Medina apuesta por la renta fija como “una oportunidad para obtener buenos retornos con grados adecuados de riesgo”.
- Risso va por la renta fija emergente, particularmente la latinoamericana. En cuanto a la renta variable, se inclina por la estadounidense.
- Dadas las perspectivas de soft landing, Martínez menciona una preferencia por activos de menor riesgo, como bonos o fondos de bonos de alta calidad crediticia.
LE PUEDE INTERESAR
Desde IA hasta Tax: las regulaciones empresariales que estarán en la agenda este 2024
Citi Perú: en qué consiste la estrategia del banco para llegar al siguiente nivel
Fondos de deuda privada cobran fuerza: ¿una oportunidad prometedora para este 2024?
Es editora de la revista G de Gestión. Estudió Ciencias y Artes de la Comunicación y tiene una maestría en Periodismo y Globalización. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la profesión. Fue becaria Dag Hammarskjöld (Naciones Unidas) y Transparency Fellow (Transparencia Internacional).
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja aquí. Si aún no tienes una cuenta, regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.