(G de Gestión) Luego de una depresión sin precedentes en los mercados en el 2022, se vislumbra un rebote pese a la inflación y a las altas tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Esto ha transformado el perfil del cliente de alto nivel, que hoy busca nuevos caminos y objetivos.
¿Qué contexto enfrentan los inversores en el corto y en el mediano plazo?
Tenemos una Fed que ha estado subiendo las tasas de manera constante durante el último año y medio debido a la inflación, y la economía estadounidense mostró una resiliencia impresionante. Esto da margen para mantener las tasas altas durante más tiempo. Según una encuesta del Bank of America de agosto, el 36% de los inversores considera que podría darse la subida de tasa en el segundo trimestre del 2024. Se espera un mayor ajuste en lo que queda del año.
¿El conflicto Israel-Hamás tendrá algún impacto?
El impacto en los mercados dependerá de si la guerra se extiende al resto de Oriente. Las crisis geopolíticas en Oriente Medio suelen provocar incrementos en el precio del petróleo. Irán, que es simpatizante de Hamás, es uno de los principales productores de crudo. Estos eventos siempre incrementan el nerviosismo en los mercados, generando que se busque refugio en activos seguros como el oro, el dólar y los bonos de muy corto plazo.
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A este contexto se suma la débil economía china.
China crecería entre 4 y 4.5%, con un sector inmobiliario complicado, un consumo débil y un Gobierno bastante endeudado. Y, si bien esto implica menores precios de commodities, con una presión alcista y una afectación a la minería, localmente los efectos más importantes serán los climatológicos.
¿Los inversionistas se recuperaron de la caída en los mercados del 2022?
Este año hemos visto una recuperación parcial, entre un 50% y un 70%, especialmente en perfiles más agresivos, como acciones. Los más conservadores se han visto más afectados, con caídas de hasta −8% por la desvalorización de productos de renta fija. Sin embargo, el cliente promedio de nuestro perfil ha recuperado el 50% del retorno negativo del 2022. Todavía hay una brecha para lo cual hay que ser un poco pacientes, tras un 2022 muy difícil.
¿Cómo viene el ánimo en este panorama?
Para el cliente conservador fue muy duro. Durante el 2022 empezamos a tener un contacto más cercano y directo con grupos chicos con los que hacíamos hasta dos desayunos por semana para controlar la ansiedad. Aclaramos puntos básicos como qué es riesgo crediticio, bonos, rebote en los mercados, etcétera. Explicamos cuál era el papel de los mercados públicos para mejorar la rentabilidad y reducir la volatilidad. Con eso vimos que empezaron a diversificar sus inversiones para mejorar resultados.
¿Cambió el perfil del cliente?
Sí. Hoy es más sofisticado. No se limita a mercados públicos, bonos o acciones de mercados tradicionales que cotizan en bolsa. Piden, por ejemplo, mercados alternativos. Hace poco sacamos un fondo de factoring en dólares y levantamos 20 millones en dos meses. Hoy estamos cerca de 30 millones de dólares y creciendo.
Antes, el cliente promedio invertía en renta fija directa y no hacía mucho más. Hoy la diversificación va por alternativos o productos estructurados para tener exposición en renta variable, pero con protecciones de capital. Si en el 2022 las inversiones alternativas representaban el 5%, hoy están por el 15%. Nuestra recomendación es tener entre 10% y 30%.
¿Hay más interés por bonos?
Hay un poco más de interés en instrumentos directos, como bonos en empresas rentables. Esto responde a los niveles de tasas que tenemos hoy. Entre el 2010 y el 2021, solo el 25% de todos los instrumentos de deuda pública daba una tasa de más de 4%. Hoy son más del 80% los bonos emitidos que dan una tasa superior.
Esto se da también por la inflación. La Fed pasó de una tasa cercana a 0% a una de 5%. Con ello, se encuentran instrumentos de deuda pública con tasas de hasta 8%. Pero la inflación no va a estar elevada todo el tiempo: la inflación core ya está más controlada y en niveles de 3.5%. Si se ve la situación a largo plazo, uno se puede enganchar con una tasa alta en esta coyuntura.
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¿Hay más oportunidades a nivel local?
Ahora hay más apetito por bonos directos. En mayo pasado, Pacífico hizo una emisión de bono local por 8%. Un par de años antes se dio una emisión por 4.4%. La demanda de clientes fue sorprendente. Tuvimos 60 millones de dólares por el papel con mayor tasa. Los clientes ya saben que no se van a tener oportunidades de tasas así siempre.
¿Esto implica otros objetivos para los inversionistas?
Algunos clientes priorizan cubrir su liquidez y generar rentas, otros apuntan a armar por el lado del crecimiento con instrumentos más ilíquidos y dejar un legado para la siguiente generación. Cerca del 50% de los clientes pide incorporar temas de planificación financiera. Incluso algunos buscan portafolios para apuestas o para hacer trading. Los más demandados son para generar rentas.
Otro punto son las inversiones en ESG. En el último año, el 50% de nuestros clientes no sabía qué eran, y el 50% que sí sabía estaba interesado en tener inversiones no solo por retorno, sino también por impacto.
Volviendo al tema de la guerra, ¿habría alguna incidencia en determinadas colocaciones, como renta fija?
No esperamos mayores consecuencias negativas para los mercados. Los clientes de gestión patrimonial mantienen en este momento una preferencia marcada por la renta fija y se encuentran en proceso de incrementar la duración de sus portafolios, saliendo de depósitos y bonos de corto plazo hacia aquellos de mayor plazo en la medida en que el ciclo de ajuste monetario llega hacia su final.
¿Hay alguna otra tendencia actual en la gestión de estos inversionistas?
Veo que han retomado un poco más de confianza para bonos directos, que antes no tomaban. Eso también se debe al poder de la eficiencia tributaria. Una plataforma en el exterior está afecta al 30% de impuesto a la renta y una local tributa 5%.
El cliente empieza a preguntarse si es momento de regresar el dinero tras la fuga de capitales por 20,000 millones de dólares en los últimos años, según el Banco Central de Reserva (BCR). En el último trimestre hubo una repatriación de unos 600 millones. Pagar 30% sobre ganancias duele. Más que una tendencia, hay algunos clientes que van tomando oportunidades.
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¿Cuál es la meta de la oficina en Miami?
Hemos cuadruplicado los fondos en los últimos tres años, de 500 a 2,000 millones de dólares hasta finales del año pasado. Queremos llegar en los próximos dos años a los 5,000 millones.