La industria del aluminio está lidiando con su mayor exceso de oferta en más de diez años y, sin embargo, los compradores en la Bolsa de Metales de Londres se enfrentan a una escasez de suministro a corto plazo.
Los contratos de aluminio al contado esta semana alcanzaron en el mercado londinense una prima de US$ 15 frente a los que vencían un día después. Es una condición conocida como “backwardation”, que indica que la demanda supera a la oferta. Esa es la mayor prima en más de tres años, y llega en un momento en que el mercado físico está inundado de metal.
Además de enviar una señal contradictoria sobre el estado del mercado, el backwardation en el llamado contrato Tom/next también presenta riesgos para los inversores y operadores que necesitan recomprar posiciones cortas con poca antelación.
Hay muchas señales de una sobreoferta incluso en el mercado de metales de Londres, y los inventarios en su red de almacenamiento global aumentaron casi un 70% desde marzo. Los precios del aluminio han caído más del 10% este año, y junto al zinc, son los de peor rendimiento en el mercado.
Si bien la parte frontal de la curva está en backwardation, el resto se encuentra en el estado opuesto, con contratos de vencimiento más corto negociándose a grandes descuentos respecto a los futuros, lo que refleja un exceso de oferta más amplio.
Esos descuentos hacen que sea rentable para los operadores comprar metal y venderlos simultáneamente a futuro, asegurando un retorno garantizado por encima del coste de almacenamiento.
Esto se ha convertido en una estrategia popular ya que el excedente de aluminio ha inundado el mercado durante la pandemia.
El resultado es que no hay, ni por asomo, tanto metal disponible libremente en el mercado como sugieren los datos de inventario, y los compradores se ven obligados a pagar una prima si quieren obtener el metal con poca antelación.