A inicios de setiembre pasado, la magnitud de los bonos que rendían tasas negativas a nivel global alcanzó un nivel récord de US$ 17 billones (en inglés trillions, millones de millones), lo que equivalía aproximadamente al 30% de al deuda con grado de inversión emitida por gobiernos y empresas. El volumen hoy ha bajado a casi US$ 13 billones (aproximadamente 3 veces el PBI de Japón y un poco más que el PBI chino), sin embargo, este fenómeno continúa perturbando los mercados.
“Estamos hablando de una avalancha de bonos que rinde tasas negativas -afirma Marcos Ruiz, socio gerente de Macro Wealth Management- lo que genera una gran distorsión en la valorización de otros activos”.
Ruiz explica que esta situación es un reflejo de la mayor incertidumbre asociada al ciclo económico, que se ha visto amplificada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esto ocurre “al punto de elevar tanto la demanda por estos bonos, considerados una alternativa segura, que el rendimiento de los mismos baja hasta ser negativo”. ¿Cómo llegamos a este escenario y qué implicancias tiene?
Origen
La situación actual, de tasas de referencia negativas pero sobre todo de una cantidad masiva de bonos con rendimientos negativos, tiene dos aristas. Una es la respuesta coyuntural de los bancos centrales.
“Tras una crisis, lo más difícil de combatir es la psicología perversa negativa que se genera tanto en personas como empresas” considera Roberto Melzi, vicepresidente de Inversiones de AFP Integra. “Al reducir las tasas, se esperaba que la gente se endeude y consuma. Pero el impulso del crecimiento a las economías era demasiado débil”.
Ante ello, el recorte de las tasas de interés de referencia hecha por los bancos centrales con la finalidad de estimular las economías tras la crisis financiera del 2008-2009 continuó y dejó rezagos.
“Hoy las tasas no solo son muy bajas, sino que, en términos reales, en Europa e incluso en los Estados Unidos, son negativas, cuando se descuenta la inflación”, comenta José Martínez, vicepresidente ejecutivo de Inversiones de Rímac Seguros.
La otra arista es la respuesta del mercado reflejada en tasas de interés negativas en bonos de largo plazo de gobiernos y empresas, que es un fenómeno más estructural. “Esta es la respuesta a temas como la caída sostenida de la tasa natural de interés, que responde no sólo a cambios demográficos, sino a una menor productividad en muchas economías desarrolladas y a menores expectativas de inflación”, considera Ruiz.
Consecuencias
Una nota de Bloomberg detalla que, en este mundo de bajos rendimientos, los inversionistas están dispuestos incluso a pagar una prima -y hasta tomar pérdidas- porque necesitan la seguridad y liquidez que los títulos del gobierno y los bonos corporativos de alta calidad proporcionan.
“Los grandes inversionistas, como los fondos de pensiones, empresas de seguros e instituciones financieras no cuentan con otras alternativas para colocar sus patrimonios”, señala la agencia.
Melzi comenta que los recortes de tasas de interés hechas por los bancos centrales han “aplanado la curva y alcanzado a la parte más larga de su trayectoria”. Esto ha afectado, por ejemplo, a los fondos de pensiones globales de beneficio definido, que ya no son capaces de generar los compromisos de retornos comprando activos libres de riesgos.
Martínez añade. “En la medida en la que los retornos obtenidos sobre los activos de bajo riesgo, en países desarrollados se han vuelto negativos en términos reales, se ha generado un interés muy fuerte por los activos de mercados emergentes, en particular aquellos que están respaldados por buenos fundamentos”.
De otro lado, “en su búsqueda de mayor rendimiento, estos fondos tienen que salir a comprar instrumentos que antes no compraban. Por ejemplo, bonos corporativos o europeos que antes no eran muy demandados o acciones de mercados emergentes que no compraban. Es por ello que los rendimientos de todos los activos del mundo han caído mucho”, señala Melzi.
Riesgo
Cuando las tasas son bajas, explica José Larrabure, gerente de la División de Inversiones de Prima AFP, los inversionistas buscan nuevos instrumentos, como renta fija emergente. Esto, advierte, puede llevar los precios a niveles que están fuera del mercado.
“Podrían llegar a precios irreales que generarían una burbuja. Ese es uno de los riesgos”, comenta.
Melzi discrepa. “Yo no hablaría de una burbuja”, indica. Pero sí comenta que existen “pockets” de elevado endeudamiento en algunas zonas de ciertas economías que, si se degrada el crecimiento económico, podrían entrar en default.
Eduardo Tirado, gerente de Inversiones de Pacífico Seguros, considera que podría haberse dado un cambio en lo considerado normal en cuanto a inversiones.
“Lo que podría estar pasando es que el nivel de riesgo y retorno al que estábamos acostumbrados ha cambiado. Este mundo más estable puede estar llevándonos, indirectamente, a una ecuación de riesgo y retorno más baja”, considera.
Estrategia
De cualquier forma, las inversionistas institucionales a nivel local han adaptado sus estrategias al nuevo entorno. Aquí algunos de los comentarios de los especialistas consultados.
“Hay un reto a mediano plazo. Una vez que los bonos que tenemos maduren, vamos a tener que reinvertir ese capital a las tasas actuales y será un desafío encontrar instrumentos con rendimientos aceptables. Los activos alternativos son una opción”. José Larrabure, Prima AFP.
“En renta fija nos estamos moviendo a activos de mercados emergentes e instrumentos que se transan en el mercado local para conseguir retornos más altos. Todo el mundo va a tener que asumir mayor riesgo y habrá que mirar activos con mayor riesgo de iliquidez también”. José Martínez, Rímac Seguros.
“La estrategia siempre será diversificar el portafolio. En el mundo emergente, hay que elegir buenos managers que puedan distinguir entre países con solidez macroeconómica alta. También se debe evitar tomar el riesgo de moneda en todos los países, pues en el caso de que hubiera una recesión global, los más probable es que los bancos centrales de países de alta calidad puedan reaccionar, mientras que los de menor solidez no”. Roberto Melzi, AFP Integra.
“Los cambios regulatorios han permitido ingresar a fondos de activos inmobiliarios, factoring y otros. Consideramos que son buenas alternativas de inversión siempre y cuando sea manejados por profesionales de trayectoria impecable y sean diversificados. Es algo que buscamos en los alternativos para reducir el riesgo”. Eduardo Tirado, Pacífico Seguros.