El cobre se hundió por debajo de los US$ 8,000 la tonelada, alcanzando su nivel más bajo desde principios del 2021, a medida que los crecientes temores de una recesión global impulsan la caída de los metales industriales.
El metal, considerado un barómetro de la economía mundial, se desplomó hasta un 3.6% a US$ 7,959 la tonelada en Londres, ampliando las pérdidas después de su peor trimestre en una década. Los inversionistas parecen estar cada vez más convencidos de que el crecimiento se desvanecerá en medio del endurecimiento de la política monetaria y de una crisis energética que se concentra en Europa.
”Hay una creciente preocupación en torno a la demanda mundial”, dijo por teléfono desde Shanghái Wei Lai, analista de TF Futures Co.
El mercado del cobre se enfrentará a un superávit de alrededor del 10% de la oferta total en los próximos dos años, basándose en el escenario de un aterrizaje duro para Estados Unidos y Europa, con la débil recuperación de China incapaz de compensar las caídas globales de la demanda, añadió Lai, citando una estimación del broker.
El aluminio, el níquel y el zinc también ampliaron las pérdidas, abriendo el segundo semestre con una nota sombría después de que el índice de seis metales básicos de la LME acumulara su mayor caída trimestral desde la crisis financiera del 2008. Las acciones y los futuros de las acciones también retrocedían el viernes.
Se trata de un rápido giro respecto a las condiciones de principios de año, cuando una combinación de demanda en auge, problemas logísticos e interrupciones de producción hizo que los precios de metales como el cobre y el níquel se dispararan. Aunque los nubarrones se oscurecen en el frente de la demanda, muchos metales siguen enfrentándose a graves limitaciones de suministro.
Hay algunos puntos positivos para los metales a medida que la demanda china se recupera gradualmente de los cierres para contener el COVID y el Gobierno aumenta los estímulos, incluyendo más dinero para el gasto en infraestructura. La caída del mercado inmobiliario del país se moderó en junio, y la actividad manufacturera también se recuperó con más fuerza de lo esperado. Aun así, algunos analistas advierten que el rebote podría ser de corta duración.
”Creemos que la recuperación de los PMI de China en junio se debió al levantamiento de las restricciones relacionadas con el virus, más que a una mejora de las condiciones económicas subyacentes”, dijo Caroline Bain, economista jefe de materias primas de Capital Economics, en una nota. “En consecuencia, creemos que un crecimiento más suave de la actividad en China seguirá pesando sobre los precios de las materias primas industriales en los próximos meses”.