Las emisiones de instrumentos de deuda (por oferta pública primaria), que realizan las empresas para financiarse, solo son de corto plazo en lo que va del 2023, dinámica similar a la del año pasado.
Miguel Ángel Zapatero, gerente general de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), espera que la tendencia siga siendo de emisiones de corto plazo (de hasta un año) a lo largo del 2023.
“Muchas empresas postergaron o cancelaron sus programas de inversión de largo plazo, debido a la incertidumbre de los últimos años, y también por un entorno de altas tasas que están asimilando. Normalmente las emisiones de largo plazo eran la mitad del mercado”, anotó.
Sin embargo, reveló que hay nuevamente interés por emisiones de largo plazo para el financiamiento de proyectos.
“Estamos comenzando a detectar interés, que no se veía desde hace año y medio, de revisitar al mercado de capitales para largo plazo y regresar con proyectos. Aún no es un hecho, pero sí hay cierto interés en algunos sectores”, indicó.
Zapatero agregó que el impulso de las emisiones empresariales de mayor plazo dependerá de cómo vaya el apetito por estos papeles.
“Va a estar sujeto a la retroalimentación del mercado. Los principales actores son los fondos de pensiones, fondos mutuos o aseguradoras. Entonces, va a depender de qué proyectos se proponen, de qué tipo de empresa son y de cómo está la demanda por ese espacio”, anotó.
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¿Qué limita el financiamiento de empresas a largo plazo?
Renzo Massa, gerente de Renta Fija de Prima AFP, señala que el apetito de las AFP es menor por los instrumentos de largo plazo. “La estrategia se enfocará principalmente en el corto plazo”, precisó.
Explicó que esto es sobre todo por el riesgo de nuevos retiros de fondos de pensiones, en un marco donde hay malestar por la ley de pensión mínima. Esta norma -pendiente de reglamentación por parte del MEF- fue aprobada por el Congreso, y permite que los afiliados que opten por esa alternativa puedan retirar el excedente en sus fondos de AFP sobre el monto que requieren para lograr esa pensión mínima.
Zapatero coincidió en este punto y señaló que los fondos de pensiones “están golpeados” y que tomará tiempo para que se recuperen.
“Ahora se habla de un séptimo retiro (en referencia al proyecto de retiro de 4 UIT) y esto hace que nuestro horizonte se reduzca. Es decir, en lugar de adquirir instrumentos (que las empresas emiten para financiarse) de largo plazo, terminan siendo de seis meses. Si hubiese proyectos importantes de inversión, no hay certeza para financiarlos. Esperamos que el MEF reglamente de manera correcta la ley de pensión mínima”, dijo Massa.
Refirió también que el financiamiento de ciertos sectores se dificulta por el entorno de riesgo social que puede afectar sus operaciones.
“Nos pasó con una empresa agroindustrial. Las firmas pueden venir bien de manera interna, pero por el riesgo social que afecta la dinámica de desarrollo de determinadas industrias, hace que se no se renueve el financiamiento. Con las financieras, por ejemplo, si vemos que parte de sus colocaciones (de títulos de deuda) van a la parte sur, entonces paramos un poco la mano (en adquirir sus emisiones)”, acotó.
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Emisiones de deuda de corto plazo
Durante el 2023 las emisiones sumaron S/ 614 millones, con participación principalmente del sector financiero (78.5%), aunque también figuran el electrico (21.3%) y agrícola (0.3%).
Según Zapatero, al ser emisiones de corto plazo, estos recursos van principalmente a cubrir necesidades de capital de trabajo.
“No es un financiamiento para grandes proyectos. Sobre todo son empresas financieras que dan crédito a diferentes sectores económicos para capital de trabajo”, dijo.
Espera que se sumen más sectores a lo largo del año al mercado de emisiones de deuda, en especial los de demanda interna.
En el 2022 hubo emisiones por S/ 2,703 millones (casi en su totalidad de corto plazo), de sectores como el financiero (80.3%), inmobiliario (5.8%), servicios (3.6%) y agrícola (4.1%).
“Este año seguiremos viendo un espacio de crecimiento en las colocaciones de las financieras, pero también se observa una base interesante vinculadas a la industria o demanda interna”, anotó.
El curioso pero atractivo caso del mercado público de deuda corporativa
Miguel Ángel Zapatero Alba, Gerente General de la Bolsa de Valores de Lima (BVL)
El mercado público de deuda corporativa local muestra una progresiva recuperación. Al ritmo actual, las colocaciones vienen creciendo en 30% frente a 2022, pero representarían la mitad de los niveles pre-pandemia. No obstante, las perspectivas podrían ser mejores que hace unos meses.
Por el lado de los inversionistas, existiría un mayor interés de la demanda institucional, impulsada por tasas de retorno más atractivas. En el caso de fondos de pensiones, se observa una mayor participación, pero concentrada en colocaciones de corto plazo. Ciertamente los retiros de pensiones han alterado su escala y capacidad de movilizar recursos. Por otro lado, se viene reactivando el apetito por fondos mutuos y el sector asegurador mantiene una dinámica positiva.
Para las empresas, la situación ha sido compleja. Muchos proyectos de inversión han sido postergados entre el 2021 y 2022. En adición, no ha sido sencillo enfrentar un contexto de mayores tasas de interés. Los agentes económicos coinciden que ello ha sido necesario para enfrentar la inflación, pero el proceso de aceptación suele tomar tiempo.
Desde el 2022, se han realizado 64 emisiones, colocando S/ 50 millones en promedio cada vez, con algunas empresas realizando varias colocaciones. Hoy, el costo de financiamiento en el mercado público para emisores de alta calidad crediticia se ubica en 8.4% anual en soles (en términos reales 3.5% anual, descontando la inflación esperada por el BCRP). Por el momento, son principalmente el sector financiero y algunos otros casos puntuales los que vienen optando por este mercado.
La situación actual sería peculiar pero atractiva por lo siguiente: las emisiones no han sido muy frecuentes, las tasas de interés más altas son una realidad con la cual lidiar, y existen inversionistas con recursos, especialmente de corto plazo. Incluso la emisión de largo plazo podría reactivarse de presentarse emisores y estructuras atractivas para las aseguradoras.
Esta coyuntura generaría oportunidades para empresas financieras y no financieras que busquen financiar sus operaciones, perfilar mejor sus pasivos, diversificar sus fuentes de fondeo o retomar proyectos de inversión. Sin duda, las sociedades agentes de bolsa, estructuradores y clasificadores de riesgo estarán atentas a apoyar dichos planes.
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