A medida que las marchas del movimiento Viernes para el Futuro se apoderan del mundo, inversionistas de mercados emergentes compran una enorme cantidad de bonos verdes para limitar su exposición al riesgo y mantenerse del lado correcto de la historia.
Países y empresas en capacidad de cumplir con criterios ambientales, sociales y de gobierno (ASG) en inversiones éticas son probablemente más estables y mejor administrados que otros, lo que implica un menor riesgo, dijo David Hauner, estratega de activos cruzados en Bank of America en Londres.
“Si invierte en empresas, o en mi caso en países con mejores puntajes ASG, en cierta medida lo protege de colapsos o sorpresas negativas”, dijo Hauner.
La semana pasada, un promotor de Kenia recaudó el equivalente de US$ 41 millones en su primera oferta verde, y Perú anunció que se acercaba a su primera emisión verde soberana. Entretanto, prestatarios del sudeste asiático logran rendimientos de 7 a 15 puntos básicos más bajos con la venta de títulos verdes, según un estudio.
Hauner recomendó bonos ASG de rendimiento similar en Chile o Israel en lugar de títulos de China o Kuwait con puntajes ASG bajos.
“Se podría argumentar que en algún momento, en teoría, toda la inversión se realizará de acuerdo con los criterios ASG”, dijo. “Todavía hay una gran cantidad de crecimiento por delante”.
Países o empresas con puntajes ASG más altos, a largo plazo, tienen menores diferenciales crediticias, dijo David Pinto, gerente de deuda de mercados emergentes de Allianz Global Investors, que gestiona US$ 619,000 millones.
“Centrarse en el gobierno ayuda a evitar incumplimientos”, dijo Pinto, con sede en Nueva York. “Eso es valor”.
Allianz excluye a los países peor clasificados de su universo de inversión y mantiene a otras naciones con bajo nivel ASG en una lista de análisis, agregó.
“Si una empresa hace lo correcto en el pilar ambiental, el pilar social y el pilar de gobierno, creemos que eso es positivo y que conducirá a un crecimiento sostenible y una solvencia crediticia a largo plazo”, dijo Pinto. “Estos países eventualmente serán recompensados por el mercado”.
Inversión verde
Particularmente en mercados emergentes, el análisis ASG puede revelar información aún no valorada por los mercados, comentó Graham Stock, estratega soberano senior de mercados emergentes de BlueBay Asset Management en Londres, en una presentación. Los factores sociales y ambientales tienen un precio bajo, específicamente en el contexto del cambio climático, dijo.
La emisión global de deuda verde, que se centra en la inversión ambiental, podría sumar entre US$ 350,000 millones y US$ 400,000 millones el próximo año, un aumento de 60% frente a lo que se espera para el 2019, dijo Sean Kidney, director ejecutivo de Climate Bonds Initiative en Londres. Los bonos verdes denominados en moneda fuerte ofrecidos por empresas de países en desarrollo figuran entre los más solicitados, dijo.
La emisión global de bonos verdes sumó tan solo US$ 170,900 millones en el 2018, según el grupo sin ánimo de lucro.
“Los inversionistas piden más y más”, indicó Kidney en una entrevista. “Simplemente no hay suficiente producto”.