Recurrir a un testamento para disponer de los bienes una vez que se deje de existir o emplear una hipoteca como mecanismo de garantía ante el riesgo de impago de un crédito, son acciones que las personas naturales y jurídicas usan cada vez menos.
La razón es que hoy existen los fideicomisos, los cuales cumplen los mismos objetivos, pero con mejores resultados económicos dado su eficiencia y alto grado de blindaje jurídico.
¿Qué es un fideicomiso?
Un fideicomiso es un contrato a través del cual una persona natural o jurídica (fideicomitente o solicitante) cede sus bienes -dinero, terrenos, títulos valores, etcétera- a un tercero (fiduciario o empresa fiduciaria), quien los administrará y, llegado el momento, los destinará a favor de uno o varios beneficiarios (fideicomisarios) -familia, acreedores, inversionistas- en el marco del cumplimiento de un fin específico.
Paulo Comitre, gerente general de La Fiduciaria, comenta que una característica preponderante de cualquier fideicomiso es la constitución de un patrimonio autónomo.
“Esta figura es similar al patrimonio administrado por las AFP, en donde los fondos entregados en fideicomiso no pueden ser afectos a ninguna carga o gravamen por las acreencias de los que constituyeron el fondo o de los propios administradores”, indica.
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¿Cuáles son los beneficios de un fideicomiso?
Geraldo Arosemena, gerente general de TMF FiduPerú, sostiene que el principal beneficio es la inembargabilidad de los bienes cedidos en fideicomiso, ya que al ser un patrimonio autónomo no responde por la masa concursal frente a un evento de insolvencia.
“Otro punto favorable es que en caso de incumplimiento, el proceso de ejecución de garantías de un fideicomiso es sumamente rápido en comparación con un proceso judicial de ejecución de activos, el cual puede tardar entre tres y seis años, frente a los seis o doce meses que tarda la ejecución de bienes mediante subasta pública o privada que realiza un fiduciario”, añade el ejecutivo.
Arosemena aclara que no existe una desventaja clara y sustentada en torno a los fideicomisos; lo que existe “es una falsa leyenda urbana de que este tipo de mecanismos son caros y poco flexibles, lo cual es impreciso”.
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Estacionalidad en el mercado de fideicomisos
Consultado al respecto, Comitre indica que el mercado fiduciario es estacional en el último trimestre de cada año debido a que muchos funcionarios bancarios salen al mercado a colocar créditos -que no han otorgado a lo largo del año- con la finalidad de cumplir con sus cuotas anuales de ventas.
“En los últimos meses del año, los funcionarios o representantes comerciales de los bancos tienen incentivos para cumplir con sus cuotas de colocaciones de créditos, de lo contrario no percibirían los bonos -beneficios bancarios- que el cumplimiento de estas metas les permiten tener”, asevera el especialista.
Así, detalla, si un funcionario bancario que tiene que colocar una cantidad mínima de préstamos para alcanzar su meta anual no lo ha hecho, en el último trimestre del año empezará a colocar dichos productos, los cuales serán respaldados por fideicomisos.
“Las áreas de riesgos de los bancos aprobarán las grandes operaciones siempre y cuando estas sean otorgadas bajo el esquema de un fideicomiso. Precisamente, esto hará que el mercado se dinamice, lo que permitirá llegar a la meta de nuevos contratos de fideicomisos firmados similar a la del año pasado”, manifiesta el especialista.
Créditos y fideicomisos
Arosemena detalla que la figura del fideicomiso con la que los bancos aprueban los créditos corporativos a las empresas se da de la siguiente manera: “Cuando una compañía solicita un crédito por un monto elevado, las entidades financieras tienden a solicitar algún tipo de garantía, por lo general mobiliaria, que pueda asegurar el cumplimiento del pago del préstamo en cuestión”.
Sin embargo, subraya, ante algunas operaciones que tienen un riesgo considerable, lo que los bancos hacen es pedir que las empresas pongan dentro de un fideicomiso, por ejemplo, los flujos de dinero que alguna de sus unidades de negocio generan.
“Así, si hablamos de una empresa de grifos, un determinado monto del dinero total que genere alguna de sus estaciones ingresará a una cuenta en fideicomiso y ese fideicomiso pagará automáticamente la cuota del préstamo al banco acreedor”, detalla.
Adicionalmente, dice Arosemena, los bancos no dejan de solicitar la garantía de algún activo -bien mueble- con la finalidad de que, ante un incumplimiento de pago, el contrato del fideicomiso les permita vender dicho bien en una subasta pública o privada de una forma rápida y eficiente. “Muy diferente a si se hace a través de un proceso judicial”, destaca.
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¿Quiénes demandan más fideicomisos en el Perú?
Arosemena manifiesta que en TMF FiduPerú sus mayores clientes son las grandes empresas que realizan operaciones globales de financiamiento (cross border), empresas que solicitan capital de trabajo o reestructuración financiera, constructoras que quieren comprar terrenos para proyectos inmobiliarios, entidades públicas que aplican los beneficios de la ley de contrataciones con el Estado y, en menor medida, personas naturales que solicitan estructuras para resguardar su patrimonio familiar.
En el caso de La Fiduciaria, Comitre aclara que la empresa que dirige, a diferencia de sus competidores, realiza únicamente contratos de fideicomisos privados orientados a respaldar créditos o financiamientos bancarios, por lo que la mayor demanda de fideicomisos viene por el lado de las personas jurídicas.
Además, ofrece solo tres tipos de servicios: servicios fiduciarios (90% de los ingresos); servicios de comisiones de confianza (5% de los ingresos); y servicios de encargos fiduciarios (5% de los ingresos).
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Postpandema: ¿cómo ha evolucionado el mercado?
Sobre el mercado de fideicomisos privados, Comitre señala que La Fiduciaria tiene el 60% de la participación, y que el 40% restante se reparte entre los nueve actores fiduciarios que quedan. Además, añade que en la actualidad la empresa que dirige tiene S/ 50,000 millones de patrimonio administrado, lo que se traduce en 1,000 contratos vigentes.
Desde el 2019 la firma de contratos privados de fideicomisos en todo el mercado se ha venido incrementando progresivamente, y solo en pandemia hubo una disminución importante de nuevos contratos, situación que se viene normalizando.
“En el 2019, se firmaron 361 contratos de fideicomisos en el mercado privado; en el 2020, hubo 263 nuevos contratos (98 contratos menos que el año anterior); en el 2021, solo se firmó un contrato más respecto al 2020, es decir, hubo 264 contratos”, explica Comitre.
En el 2022, el número de contratos firmados se incrementó a 317; y al 30 de abril del presente año, el mercado ha suscrito 91 contratos de fideicomisos privados. Hay que considerar que en todos esos años la mayor proporción estuvo en manos de La Fiduciaria.
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