Ante la incertidumbre política y económica en el país, muchas personas buscan nuevas opciones de inversión. Sin embargo, siempre hay un riesgo. “La regla es que a mayor rentabilidad, mayor riesgo”, advierte Álvaro Castro, director de Sumara Hub Legal. Esto se debe a que aumentar la protección del inversionista implica incrementar los costos regulatorios o de supervisión de las entidades que generan las alternativas de inversión.
Para saber qué opción de inversión es la más conveniente, Castro recomienda hacer una evaluación de rentabilidad versus riesgo, y saber cuál es la finalidad del dinero que se está invirtiendo. Uno no debería especular con el dinero que necesita para sobrevivir, sino más bien protegerlo en una institución financiera que ofrezca cobertura. “Por ejemplo, invertir el dinero de nuestra pensión en un instrumento muy volátil no es algo muy sabio”, apunta.
Pero tampoco hay que tener aversión absoluta al riesgo y poner todo el dinero en entidades financieras, que suelen ofrecer una baja rentabilidad. “Si uno tiene un excedente, se puede tener una mayor exposición al riesgo”, considera Castro. La clave, agrega Castro, es identificar los riesgos, saber dónde se está invirtiendo el dinero y, sobre todo, diversificar, es decir, no poner todos los huevos en la misma canasta.
¿Qué opciones no tradicionales existen en el mercado?
El crowdfunding es una de las opciones de inversión más popular. Invertir en crowdfunding es como comprar acciones o bonos en la bolsa: uno toma el riesgo directamente del emisor de esas acciones o bonos. “Entonces, hay que hacer una evaluación propia de si efectivamente el riesgo que se va a tomar es razonable o está compensado por la rentabilidad esperada”, dice Castro.
La ventaja del crowdfunding es que permite diversificar a bajo costo. Por ejemplo, en vez de prestarle US$ 1,000 a una persona que necesita esa cantidad de dinero —asumiendo el riesgo de impago por parte de esa persona— uno puede optar más bien por prestarle US$ 10 a cien personas. “Uno está invirtiendo igual US$ 1,000, pero diversifica su riesgo. Eso hace más atractivo al crowdfunding”, sostiene Castro.
Una opción que suele dar buenos rendimientos es el factoring, ya sea invirtiendo directamente o a través de fondos de inversión de factoring. Sin embargo, tampoco garantiza cero riesgos. La administradora del fondo de inversión podría hacer una buena evaluación de las facturas en las cuales invierte el fondo, pero si las empresas deudoras no generan ventas (por, por ejemplo, enfrentar una crisis como la actual), no tendrán la capacidad de pagar las facturas de sus proveedores.
Las fintech no pueden captar dinero como ahorro (eso solo lo pueden hacer las empresas supervisadas), pero algunas ponen en contacto a un inversionista con una alternativa de inversión. “Lo que tiene que saber el inversionista es que no está tomando el riesgo de la fintech, sino que él mismo tiene que hacer la evaluación del riesgo”, señala Castro.
También existe la opción de comprar criptomonedas. Lo más relevante a tomar en cuenta es que, si bien las criptomonedas se basan en una tecnología innovadora, son un instrumento de alta especulación. Esto no solo porque no están supervisadas, sino también porque aún se encuentran en fase de madurez, lo que hace que su precio sea muy volátil.