El favoritismo del mercado chileno se ve amenazado por su panorama político y económico, pero los inversores ven una oportunidad mientras el país se dirige a unas elecciones presidenciales sin un claro favorito, al tiempo que redacta una nueva Constitución.
Las acciones chilenas vuelven a estar en negro en el año tras el ascenso del candidato derechista José Antonio Kast antes de la primera vuelta del 21 de noviembre.
El índice de acciones chilenas que se negocian en Estados Unidos se mantiene casi plano en el año.
La fuerte caída de la divisa tiene parte de culpa, pero las bajas se han producido incluso cuando se espera que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca dos dígitos este año y su banco central es uno de los más agresivos del mundo en elevar tasas de interés a medida que la economía se recalienta.
Economistas de Barclays dicen que, independientemente de quién gane entre los favoritos, Kast o el izquierdista Gabriel Boric, el proceso de reforma constitucional “implica un probable deterioro de los fundamentos del país”.
JP Morgan coincide, diciendo que los niveles de deuda del sector público aumentarán más allá de sus estimaciones actuales en un escenario de victoria de Kast o Boric.
“El programa de la extrema izquierda abarca una fuerte expansión fiscal que se basa en lo que creemos son supuestos demasiado optimistas de alrededor del 40% de la recaudación de impuestos prevista”, dijo Diego Pereira, economista jefe para el Cono Sur y Perú de JP Morgan.
“Por otro lado, el candidato de extrema derecha parece demasiado optimista en cuanto a la capacidad de bajar el gasto y los impuestos y su potencial impacto en el crecimiento económico, en particular dado el probable mandato de aumento de los derechos sociales no financiados derivado de la Convención Constitucional”, agregó.
Chile eligió en mayo a los integrantes de una convención constitucional en la que postulantes de izquierda, centro-izquierda e independientes obtuvieron más de dos tercios de los escaños.
Se espera que el reemplazo de la Constitución de la época de la dictadura de Augusto Pinochet tenga un impacto importante en la minería, probablemente aumentando los impuestos en el sector.
Sin embargo, la subida de los precios de las materias primas de este año, incluido el cobre, el mayor producto de exportación de Chile, lo convierte en un destino atractivo para los inversores extranjeros.
Incluso si los precios bajan respecto a los niveles actuales, es probable que se mantengan en una zona “beneficiosa para países como Chile en cuanto a su orientación exportadora”, según Brian Jacobsen, estratega de inversiones senior de Allspring Global Investments.
Pese a que las próximas elecciones añaden riesgo a las perspectivas, “desde nuestro punto de vista, ninguno de los candidatos parece realmente un riesgo importante para la continuidad del repunte económico. Nadie está prometiendo a la gente pan y circo”, agregó.
Comprar a bajo precio
A nivel local, los líderes son la naviera Vapores, que ha subido cerca de un 150% en lo que va de año, junto con la minera SQM y la cervecera CCU, ambas con una subida de algo más del 50%.
Los flujos netos extranjeros hacia los papeles chilenos hasta el tercer trimestre ascendieron a US$ 1,670 millones, según datos del Instituto de Finanzas Internacionales, superando ampliamente los US$ 204 millones netos de todo el año pasado y más que los US$ 1,270 millones vistos en los primeros nueve meses del 2019.
No obstante, el bajo rendimiento general del índice hace que las acciones locales sean también un candidato de rebote, y el especialista en mercados emergentes Tellimer las añadió a su selección para este mes por considerarlas “baratas”.
En cuanto a la política, afirman que “Chile conserva las salvaguardias legales para una política económica ortodoxa”.
Sin embargo, la incertidumbre que han traído los cambios constitucionales es grande, ya que implica una voluntad de alejarse del modelo económico de Chile, según Daniel Grana, gestor de carteras de renta variable de los países emergentes en Janus Henderson.
“No conocemos su resultado final, pero parece probable que implique mucho más gasto social a costa de una tasa impositiva mucho más alta para el sector minero”, manifestó.