
El sector financiero, en particular la banca, se ha convertido en gatillador para el fomento de prácticas sostenibles en compañías en el Perú. ¿Qué apuesta hay para impulsar la sostenibilidad en el país? Gestión conversó con un banco clave.
Si bien no es una industria altamente contaminante, está estratégicamente relacionada con la sostenibilidad de otras compañías. ¿Cómo? A través del financiamiento.
En concreto, el financiamiento que otorga la banca permite movilizar capital para las estrategias de sostenibilidad que vienen planteando los negocios, comentó Giuliana Pacheco, directora de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Scotiabank a Gestión tras el foro “Gestión responsable 2025: sostenibilidad en acción”.
“Si bien la banca no es una industria que genera una huella de carbono significativa, nuestro mayor aporte a la sociedad está en cómo movilizamos capital, brindando condiciones favorables a instituciones o clientes que trabajan para dar el salto hacia la sostenibilidad”, explicó a este diario.
Esto incluye ofrecer formación especializada y acompañamiento técnico para que las estrategias de sostenibilidad de los clientes se alineen con sus planes financieros.
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Pacheco precisó que la sostenibilidad en el ámbito financiero no solo está vinculada a acciones directas contra el cambio climático o la reducción de brechas sociales, sino principalmente como una herramienta para la gestión de riesgos complejos y sistémicos.
En ese sentido, la sostenibilidad es una palanca para gestionar, prevenir y mitigar esos riesgos asociados a aspectos ambientales, sociales, reputacionales y geopolíticos.
Para implementar esta visión, la especialista de sostenibilidad de Scotiabank resaltó que uno de los retos es tratar de articular la estrategia de sostenibilidad de un cliente con su estrategia financiera y su estructura de capital.
“Eso se traduce en productos financieros favorables para las condiciones, para que logre sus objetivos sociales y ambientales”, indicó.
Pacheco precisó que, para ofrecer condiciones financieras más favorables a negocios con proyectos sostenibles, el banco recurre a estándares internacionales que permiten identificar qué proyectos y actividades pueden considerarse sostenibles.
“Para poder etiquetar un préstamo como verde o sostenible, hay una serie de indicadores o requisitos. Indagamos mucho sobre su estudio de materialidad, sus objetivos, metas, ambiciones, su nivel de cumplimiento, incluso los reportes divulgados y los informes de auditoría de terceros. Vamos acompañando y viendo la evolución de los indicadores de sostenibilidad de nuestros clientes”, sostuvo.
De esta forma, mientras los clientes cumplan o superen sus metas ambientales y sociales, mantienen condiciones financieras preferenciales; si no, el financiamiento vuelve a un esquema tradicional.
Con estas acciones, Pacheco indicó que se tiene como meta reducir el porcentaje de sus portafolios que están expuestos a los riesgos climáticos e incluso a los riesgos reputacionales.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.