
En entrevista con Gestión, el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Raúl Pérez Reyes, brinda un balance de su primer mes de gestión y comparte las próximas medidas relevantes hacia el mensaje gubernamental por Fiestas Patrias y con vistas al cierre de este Gobierno.
Este 15 de junio, cumplió un mes en la cartera. ¿Cuál es su balance?
Un primer tema es la meta fiscal. En lo que se está trabajando es, justamente, asegurarnos de que, este año, tengamos una meta razonable, que sea cumplible en la lógica de la austeridad fiscal y, por lo tanto, no reste la credibilidad fiscal del Perú. Si se mantiene a doble dígito la recaudación, como ahora, vamos a poder llegar al 2,2% [del PBI de déficit], la meta que se planteó originalmente.
Pero sí nos preocupa qué tanto la coyuntura externa pueda hacer que los resultados en términos de crecimiento de la economía peruana no sean tan buenos. Eso es un riesgo. Estamos trabajando en un esquema optimista de 3,5% y, en esa lógica, es que queremos que los recursos fiscales van a crecer a dos dígitos. Pero tenemos que también mirar los escenarios en los cuales podría no ocurrir eso.
¿Crecer menos de 3.5% se refiere?
Sí.
¿Y por qué el primer ministro Eduardo Arana habló en el Congreso de un 4%? Incluso, el consenso apunta hacia un 3%. ¿Cómo entender ese sobreoptimismo?
No lo es, sino un objetivo ambicioso y que vamos a tratar de cumplir. Nosotros tenemos un rango en el que creemos se va a mover la tasa de crecimiento del PBI, pero el Premier nos planteó que seamos aún todavía mucho más exigentes.
¿Qué factores extras lo sostendrían?
Uno tiene que ver con las reducciones en regulaciones. Ya se hicieron 240 de un paquete de casi 510 que estamos trabajando y en otras también con impacto en la actividad económica. En el escenario internacional se muestra que el impacto de estas medidas se mueve entre 0.8 y 1 punto porcentual sobre la tasa de crecimiento. El 4% responde un poco a eso.
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La anterior gestión del MEF presentó 402 medidas. ¿En qué consistieron estas 100 adicionales?
Tenemos una puerta abierta de diálogo con los gremios y ahí se ha ido planteando que aparezcan más barreras y seguirán apareciendo más. Este número es dinámico. Su aparición es consecuencia de reclamos, quejas o algunas denuncias, incluso formales, al Indecopi.
Y para el otro paquete de shock desregulatorio, ¿Qué novedades habrá?
Lo que estamos trabajando es un grupo pequeño de medidas, alrededor de 20, que están en el marco de lo que hemos pedido para la delegación de facultades: temas vinculados a la evaluación de impacto ambiental y también a evaluación arqueológica patrimonial, que afectan de forma importante a los grandes proyectos. Se enfrentan, por ejemplo, con situaciones donde los plazos para algunos instrumentos de gestión ambiental no se cumplen.
Demoran hasta ocho veces más...
Estamos planteando una solución para reducir esos plazos. En el caso de proyectos nuevos y en el caso que ya existen, más bien trabajar bajo la filosofía de la fiscalización expost. Lo que hay que buscar es instrumentos de gestión ambiental que lo evalúen expost, sobre la base de compromisos, de declaraciones juradas.
¿Esto está vinculado a qué entidad técnica?
Está vinculado con los temas de impacto ambiental y de evaluación arqueológica. Son los dos que tienen el mayor impacto en la demora de los procesos de inversión. Tiene que ver con la cantidad de procedimientos que creamos dentro del Estado para evaluarlos y luego aprobarlos, y que en muchos de los casos no se cumplen los plazos.
Entonces, una de las cosas que debemos hacer es que, en esos casos donde no se cumplen los plazos, básicamente, opere el silencio administrativo positivo. Por supuesto, también como contraparte hay que dotarlos de recursos también [a las entidades], pero no pueden tardarse tanto tiempo.
El tema arqueológico y el tema ambiental tienen un montón de detalles hacia adentro, subnormas y subprocesos. La idea es que el paquete esté muy concentrado en estos dos grandes temas. Estamos trabajando justamente en esa línea. Mucha fiscalización expost, mucho silencio administrativo positivo.
La economía en abril creció solo 1.4%. ¿Sorprendió?
Sí, pensábamos que iba a ser 2%.
¿Y les mueve la aguja de ese 3.5% o 4%?
La tasa del primer cuatrimestre pasa de un 3.92% a un 3.62%. Sí hay un impacto. Por eso es que estamos trabajando estas medidas [de desregulación] rápidamente.

Los últimos datos de pobreza muestran una mayor urbanización y un estancamiento de la clase media. ¿Cómo toma estos indicadores?
Hay que sostener el crecimiento a más de un 3%. La idea es sostenerlo en los siguientes cuatro o cinco años para retornar al nivel previo a la pandemia. Esa es una de las razones por las que estamos muy preocupados porque el siguiente gobierno tome una economía que esté creciendo a esas tasas.
Cayendo en cuenta de su primer mes de gestión, también lo hacía en que es el tercer ministro de Economía en menos de seis meses. ¿Este nivel de rotación tiene un impacto?
Cuando hay un cambio de ministro puede haber la sensación en los inversionistas de un cambio en las líneas generales del Gobierno. En este caso no lo hubo. [En mi ingreso por Salardi] lo que estamos observando es una gestión que continúa, le pone énfasis a algunas cosas puntuales, pero la esencia de la política económica sigue siendo la misma desde hace dos años. Y eso es un poco la marca de la política económica del Gobierno.
Sobre el anuncio del crédito suplementario de S/ 2,000 millones, hay un componente fuerte que sí demandaría inyección de recursos. ¿Cuál será la ecuación?
El principal rubro de este crédito suplementario está asociado a la reducción de gastos. Básicamente lo que se conoce como el manejo de los saldos: recuperarlos para el Tesoro Público y reasignarlos hacia actividades que estén básicamente ya en operación, vamos a dar continuidad a obras. Creemos que será menos de la tercera parte de este monto.
Menos de S/ 700 millones es una cifra importante igual...
Estamos haciendo los cálculos finales. Esta semana vamos a terminar definiendo el saldo que finalmente vamos a tener que reclutar y cuánto es lo que se va a requerir. El mejor escenario es que vía saldo no ejecutado recuperemos todo el monto de crédito, con lo cual el impacto [fiscal] sería cero. Pero en el peor escenario, dos tercios serían por reestructuración de saldos no ejecutados y un tercio de nuevo gasto.
¿Cuánto realmente preocupa el déficit fiscal a su gestión? ¿Se está haciendo un mapeo de las advertencias de una pérdida real del grado de inversión y que se heredará al siguiente gobierno?
Nosotros estamos siempre muy preocupados porque debemos tener un resultado fiscal convergente. No podemos convivir con un déficit fiscal permanente. Es insostenible en el largo plazo. Tenemos que converger no solo hacia cero, sino en algún momento incluso tener algo de superávit fiscal. Entonces, lo que hay que hacer es, respetando la tendencia de ir reduciendo el déficit, esa senda de trayectoria, tenemos que evitar que genere una desaceleración de la economía, incluso, una recesión.
La tendencia para nosotros es importante y viene hacia abajo. Queremos que siga bajando y los ingresos fiscales muestran una evolución muy importante. Hablamos de crecimientos encima del 11%, en lo que va del año. Junio viene muy bien también. La idea es seguir en esa senda y seguir reduciendo el déficit fiscal.
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¿Su preocupación sobre el déficit es compartida en la PCM y por la Presidenta Dina Boluarte? ¿Realmente se cae en cuenta de lo que está en juego? Porque en el discurso del Premier ante el Congreso no se dio ninguna palabra sobre el crítico escenario fiscal.
El tema de la preocupación por la austeridad y el déficit fiscal es una que parte de la misma presidenta de la República, por supuesto también del Premier. Inicialmente, el discurso era bastante más largo, pero el Premier decidió hacer una versión más corta. Ese discurso, se ha concentrado básicamente en los grandes mensajes políticos de este último año de gestión. Lo que quedamos era que los mensajes más sectoriales, el déficit, las metas, para buscar promover la actividad económica.
Porque sí se habló del 4% de proyección de la economía...
Sí, pero como un mensaje general. No entró al detalle. La idea fue que cada uno de los sectores va entrando a los detalles [posteriormente].
¿El MEF se está quedando “sin muñeca” para poder maniobrar en la asignación de recursos? El IPE estima que casi el 60% del gasto del Gobierno central es rígido y en el radar está el ajuste del IGV y el Foncomun, por ejemplo.
Ese 2% que se va a implementar es en cuatro años, tampoco es inmediato. La idea, básicamente, aquí es asegurar que los gobiernos locales tengan un presupuesto para inversión similar al que estamos trabajando nosotros. Esto se ha consensuado en todas las bancadas. Atrás de esto hay una decisión política no solo del Gobierno, sino de las distintas bancadas del Congreso.
Y que eso nos resta algunos grados de libertad para otros proyectos, sí, claro. La idea es que los otros proyectos, nuestro gran énfasis esté en infraestructura pública, salud, educación, transportes, particularmente en el mundo de lo que es tanto los gobiernos regionales como las municipalidades.
Claro, como contraparte, hay una preocupación legítima en la calidad de ese gasto. Por eso tenemos que preocuparnos y estamos trabajando un programa para mejorar la calidad de ese gasto. La próxima semana, comenzamos un programa que se llama Ejecutatón, en el que mandamos personal del MEF a mejorar la gestión. Y hay otro criterio importante: si alguien no ejecuta su presupuesto, simplemente, no puede tener más recursos.
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Se habla de una desinstitucionalización del MEF y que, en los últimos años, se dio en mayor medida. Porque ya no es la oposición técnica que solía ser antes ante ciertas propuestas populistas...
Creo que siempre es arbitrario decir desde cuándo ocurre algo que yo considero que está mal. Sobre todo, cuando decides que eso ocurre después de que tú estuviste [en el cargo]. Creo que hay que mirar, poner una fecha para que algo ocurra, creo que requiere algo más de evidencia.
¿Pero la hay?
No, creo que no. Lo que ocurre es que, a veces, hay la percepción de que la única cosa que tiene que hacer el MEF es cuidar las cuentas fiscales. Es un trabajo importante, hay que hacerlo, ser responsable, reducir el déficit y buscar, incluso, superávit en un momento. Por supuesto.
Pero el MEF también tiene la obligación de trabajar en la línea del desarrollo económico: cuidando las cuentas fiscales tiene que también mirar el desarrollo económico. Entonces, la lectura de algunas personas es que mirar el desarrollo económico implica descuidar las cuentas y eso es un error. No tienes por qué descuidar las cuentas fiscales si miras algunas políticas industriales para buscar su desarrollo, que te ayuden a hacer que la economía crezca.
Tiendo a pensar que esto no es un tema de personas. Los inversionistas no invierten por el ministro “A” o el “B”. No es un tema antropomórfico. Tiene que ver con escenarios internacionales. También tiene que ver con sesgos de alguna forma que hay en términos de la política económica como tendencia a largo plazo. Lo que uno observa ya para el 2010-2011 es que comienzan a aparecer un montón de procedimientos regulatorios. Es claro que hay un proceso de sobreregulación.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.