La economía peruana está “en rojo”: el producto bruto interno (PBI) se contrajo 0.65% a octubre de este año. En ese periodo, la manufactura, uno de los sectores con mayor peso en la economía y generador de puestos de trabajo, se contrajo 6.65%, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En un análisis detallado compartido con Gestión, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) da una mirada al desempeño de la industria hasta ahora y adelanta lo que se espera de cara al 2024. Para el gremio, la manufactura caería 6.4% en el 2023, alcanzando el tercer peor resultado en tres décadas, solo detrás de lo visto en el 2020 y 2009.
En este año, marcado por la recesión económica, se ha visto impactos negativos sobre la producción industrial por varios factores, como los conflictos sociales a inicios del 2023, la suspensión de la primera temporada de captura de anchoveta en la zona norte-centro, la caída de la demanda interna por una menor inversión, así como la alta inflación que se observaba hasta mediados del año, las anomalías climáticas y la baja confianza empresarial por el tenso panorama político.
Una mirada al 2023
Entre enero y octubre, la manufactura primaria se contrajo 0.4%; mientras que la no primaria, vinculada a bienes de consumo, intermedios y de capital, retrocedió 8.7%. Con ello, la industria en total cayó 6.6% en ese periodo.
Con estos resultado, detalla la SNI, solo 2 de 14 divisiones industriales han tenido una producción positiva en los primeros 10 meses del año: producción y refinación de petróleo (30.7%) y productos farmacéuticos (4.1%). En cambio, productos textiles, papel y productos de papel, impresión y reproducción de grabaciones, productos alimenticios, productos de caucho y plástico, productos de madera, prendas de vestir, cuero y calzado, minerales no metálicos, metalmecánica, sustancias y productos químicos y bebidas retrocedieron.
Incluso en cinco de estas divisiones (productos textiles, papel, impresión y grabaciones, productos alimenticios, productos de caucho y plásticos) la caída de la producción no solo se reporta a octubre del 2023, sino que vienen mostrando resultados negativos desde el 2022.
De hecho, el gremio industrial indica que la producción de un 77% de ramas industriales, ha caído entre enero y octubre de este año. En detalle, de las 93 ramas industriales, más de la mitad se contrajo hasta 20% y el 24% retrocedió más de 20%.
El desplome en la producción es más grave en los segmentos de prendas de vestir, excepto de peletería (-26.6%); pescados, crustáceos y moluscos (-21.1%); y aserrados y acepilladura de madera (-32.8%). También se redujo la producción son cemento, cal y yeso (-11.3%), productos de plástico (-6.3%) y actividades de impresión (-11.9%).
Con lo explicado -tal como se mencionó líneas atrás- la SNI proyecta que la manufactura total caería 6.4% este año. Desagregando la cifra, la industria primaria retrocedería 0.5%, mientras que la no primaria se contraería 8.2%.
Sobre la parte no primaria, alcanzaría su segunda mayor caída en al menos 19 años, que es el periodo del cual se tiene registro.
Pese a los factores negativos antes expuestos, que impactaron en la industria (suspensión de la primera temporada de pesca, caída de la demanda interna, inflación alta, conflictos sociales, anomalías climáticas, tasas de interés altas, baja confianza empresarial); también se dieron, aunque en menor medida, algunos impulsores para la actividad.
La SNI destaca el crecimiento del sector minero por el factor Quellaveco, la mayor refinación de petróleo (operaciones de la refinería de Talara y reanudación de la Pampilla) y el retroceso gradual de la tasa de interés en los últimos meses del año.
Expectativas al 2024
Para el próximo año, la SNI proyecta que la manufactura se expandirá 2.3%. Sin embargo, para los primeros meses del 2024 se observa cierto pesimismo. El gremio indica que en noviembre las expectativas de las empresas aún estaban en un tramo pesimista para los siguientes tres meses, es decir, para los meses de diciembre 2023 y enero y febrero 2024.
De cara al próximo año, la industria señala que se observan al menos seis impulsores para el sector: el panorama podría ser mejor al del 2023 por una mejora gradual del consumo privado por una menor inflación, la reducción de las tasas de interés, el rebote de los sectores de pesca y agricultura, la política fiscal expansiva, la reversión de choques climáticos y la aceleración del gasto público.
Sin embargo, hay riesgos reconocidos como las posibles tensiones políticas y sociales, la lenta recuperación del sector de construcción, y la desaceleración de China, principal socio comercial del Perú.
La manufactura primaria crecería 4% en el 2024, mientras que la no primaria se expandiría 1.7%, de acuerdo a las proyecciones del gremio industrial.
Esto claramente no es lo que se requiere para hablar de un dinamismo del sector. Si nos enfocamos en la parte no primaria, cabe recordar que Elmer Cuba, economista y socio de Macroconsult, resaltó en conversación con esta diario que la manufactura crecería 1.9%. Una situación que no es suficiente considerando que este año, como se menciona líneas atrás, retrocedería más de 8% en el 2023. “Manufactura no recuperaría toda la caída. El nivel de ventas de la industria en el 2024 va a estar por debajo del 2022″, menciona Cuba.
“La industria, entre la caída y la oportunidad de crecimiento para el 2024″
Por: Jesús Salazar Nishi asume la presidencia de la SNI
Este año la industria ha enfrentado uno de sus periodos más complicados, que le ha llevado a niveles de producción no vistos en al menos los últimos seis años. La caída de la economía, con el retroceso de sectores altamente demandantes de productos industriales como la construcción, agropecuario, pesca ha tenido una repercusión directa en el sector. Esta menor demanda ha venido siendo identificada por los empresarios industriales como la principal limitante de su producción en el transcurso del año.
Ciertamente ha habido factores como el fenómeno de El Niño costero, la conflictividad social, el ciclón Yaku que han afectado al dinamismo económico de este año. Sin embargo, no podemos responsabilizarlos de la caída que ha tenido nuestro PBI en lo que va del año, el cual ha tenido como sustento la caída permanente de la demanda interna a causa de los cinco trimestres consecutivos de caída de la inversión privada y el deterioro de los salarios reales producto de la elevada inflación.
Es indudable que la inestabilidad política está afectando la predictibilidad para los proyectos de inversión, todo ello ante la falta de una visión clara de desarrollo para el país, con políticas de alto impacto para la generación de empleo y reducción de las brechas sociales.
Este panorama desfavorable viene afectando a la industria en todos sus niveles. Por un lado, la industria primaria perjudicada por los fenómenos naturales; por otro lado, la industria no primaria, la más afectada, debido a su elevado encadenamiento productivo con la economía, ya sea a través de la demanda de bienes de consumo, así como, los bienes intermedios, que son utilizados por otros sectores para el desarrollo de su actividad productiva.
Para el 2024, esperamos una recuperación del sector industrial del 2,3%, producto de la mejora gradual del consumo privado influenciado por el retroceso de la inflación, además de la reducción de las tasas de interés condicionado a la política monetaria del BCRP. Asimismo, prevemos un crecimiento del sector pesca y agricultura, sujeta a la reversión de choques climáticos hacia la segunda mitad del 2024.
Sin embargo, el Perú no puede quedarse con un crecimiento producto de un rebote estadístico del sector, con tasas de crecimiento insuficientes que terminan por incrementar la pobreza, sin la generación de empleos. Se requiere de políticas activas orientadas a elevar la infraestructura productiva junto con medidas claras que incentiven la industrialización en el país y en especial, en nuestras regiones.