Si bien la implantación del trabajo remoto como una alternativa para evitar la mayor propagación del COVID-19 y que en Perú empezó a practicarse masivamente desde marzo del 2020 -son cerca de 200,000 trabajadores que laboran bajo esta modalidad de acuerdo a la planilla electrónica- ha traído ventajas, también ha generado (y viene generando) problemas psicológicos entre los trabajadores, que impactan en su productividad y bienestar.
¿Cuáles son las comunes? Al respecto, Gestión.pe buscó a tres especialistas para conocer de cerca lo que ocasiona esta nueva forma de trabajo y sobre todo cómo enfrentarla desde las empresas, los empleados y desde uno mismo.
Alberto Alegre Bravo, de la Red Peruana de Psicología Organizacional y del Trabajo, explicó que en el ámbito laboral, las personas están sujetas a un conjunto de estresores. “Cuando este se mantiene en el tiempo lleva a serie de sintomatología que afecta al trabajador y en su productividad. Esto es en contexto cotidiano, pero ahora nos encontramos en un contexto distinto con un riesgo constante de contagio”.
El nuevo panorama, refiere el especialista, añade nuevos ‘estresores’ (los estímulos, condiciones o situaciones que generan estrés) como la incertidumbre de ser contagiado; la pérdida familiares o amigos por COVID así como el conflicto trabajo/familia dado que -ahora- a raíz del trabajo remoto, los roles y responsabilidades se están mezclando.
“Todos estos elementos se están transformando en estresores, que están exigiendo a las personas adaptarse al nuevo escenario. Si bien es cierto es posible hacerlo, en este proceso de adaptación al nuevo escenario se están presentando sintomatologías que deben tenerse en cuenta”, precisó el también director assessment de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
Estas son las principales sintomatologías asociada a la salud mental identificadas en el trabajo remoto:
- Alto nivel estrés, no solo laboral, sino en general dado que la carga laboral ha aumentado y las responsabilidades se asumen en el mismo lugar donde se trabaja y se vive. Lo que ha generado,
- Depresión
- Ansiedad
- Dificultades para dormir
- Problemas con la alimentación, ya que estando en casa hay mayor disponibilidad de la comida lo que aunado a la ansiedad, se es proclive a comer más o en su defecto, a dejar de comer
- Problemas con las posturas o con la ergonomía al estar varias horas trabajando frente a la computadora
- Irritabilidad o en su defecto, pensamientos negativos
Alegre Bravo especificó que según un estudio a nivel preliminar del Ministerio de Salud (Minsa) y del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de la población de Lima Metropolitana, lo que se se ha encontrado son trastornos asociados a la depresión.
Específicamente el 56% han reportado dificultades para dormir; 43% problemas con la alimentación. En tanto, 44% reportó cansancio/falta de energía; 35% falta de concentración y lo que sí podría ser alarmante es que el 70% reportó pensamientos negativos, generados por la ansiedad y depresión.
Estefanía Sánchez, psicóloga organizacional en Catapulta Wellness, por su parte -agregó- que la nueva forma de trabajar está generando un cambio brusco en las rutinas y en los tiempos de los trabajadores, ya que antes de la pandemia eso estaba claramente definido.
“Compartir el mismo espacio y tiempo a la par -ya sea de padres, pareja o hijos- genera desgaste, estrés constante y mucha demanda física y mental”, subrayó.
Así, enumeró otros problemas que viene generando el trabajo remoto y que podrían mermar la salud mental:
- Alta dificultad para desconectarse del trabajo, ya que el pensamiento o los pendiente en el trabajo continúa, lo que evita una desconexión mental.
- Imposibilidad a decir que no, sobre todo a los pedidos fuera del horario laboral o al estar disponibles todo el tiempo. “Cuesta decir que no, a las reuniones fuera del horario de trabajo -por ejemplo- o en el tiempo destinado para otras actividades lúdicas o deportivas”
- Alta vulnerabilidad emocional
- Sentimientos de tristeza e irritabilidad, ya que ante la incertidumbre sobre lo que pasará, hay miedo al despido.
- Aislamiento físico genera un impacto emocional ya que si bien los medios tecnológicos han permitido la reunión entre grupos de amigos o colegas, el no verse o tocarse tiene un impacto emocional y aporta al desgaste emocional.
- Falta de concentración
- Alto grado de tensión
Alexandra Salazar, coordinadora de proyectos y assessment en Right Management de ManpowerGroup, añadió -asimismo- que el trabajo remoto está generando en los trabajadores trastornos de ansiedad así como casos de burnout, que es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral.
“Lo que conlleva a una depresión estacional”, agregó.
Otro factor que también impacta en el estado mental de los trabajadores es la incertidumbre a lo que pueda pasar mañana. “Con el nuevo confinamiento, los trabajadores -en base a la experiencia del año pasado- ya saben lo qué puede generar una cuarentena como despidos o pérdidas económicas, lo que genera alto grado de ansiedad ante la incertidumbre del mañana”.
La situación emocional -sobre todo el alto grado de estrés o ansiedad, que pueden llegar a ataques de pánico- puede incluso generar que los trabajadores opten por renunciar.
-¿Qué hacer?-
Los especialistas consultados por este diario coincidieron que ante los problemas/sintomatologías de orden emocional que genera el trabajo remoto, se requiere la acción coordinada del área de recursos humanos de la compañía con los jefes directos de cada grupo o equipo de trabajo para identificarlos y tomar acciones concretas.
Una acción que puede tomarse desde la empresa es implementar un canal de comunicación de acceso directo para los colaboradores, con información oficial sobre la pandemia así como las disposiciones dadas por el Gobierno de forma.
“Igualmente es útil contar con equipos de salud ocupacional multidisciplinarios integrados por médicos, psicólogos, comunicadores, entre otros profesionales, para brindar soporte emocional”, explicó Salazar.
Un punto valorado por los trabajadores -incluso- es brindar este soporte emocional para aquellos que estén enfermos por COVID para conocer no solo su progreso médico, sino su estado anímico y no se sientan solos.
“Ello podría funcionar -incluso- para brindar soporte emocional a los trabajadores que perdieron a familiares por la pandemia. La comunicación es vital ya que -más allá del ámbito laboral- no se sabe lo qué pasa en los hogares de cada uno”, anotó. También aconsejó a la organización de talleres de apoyo psicológico o gestión emocional.
En tanto que recomendó a los jefes directos estar también en permanente comunicación con su equipo de trabajo. “Tener la apertura de preguntarle a su equipo cómo están, qué problemas tienen y estar muy cercanos a ellos. Por ejemplo -en caso de- problemas médicos no que tengan temor a informar para ayudarlos. En estos momentos, es vital que la comunicación clara y horizontal la promuevan los jefes”.
Respecto a los trabajadores, la especialista aconsejó a no tener miedo a pedir ayuda psicológica para enfrentar los problemas en la salud mental. “En pandemia también ha resultado importante el respaldo que se brinden entre los miembros de los equipos, más allá del tema laboral, que es básico”, puntualizó.
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