Dejar su empleo porque no está satisfecho con el trabajo que hace parece razonable, pero si no ha pensado en lo que realmente lo haría feliz, podría acabar en la misma situación de insatisfacción.
Antes de hacer cualquier movimiento, merece la pena averiguar qué es lo que realmente le gusta de su trabajo. Para ayudarlo en el camino, he aquí tres preguntas que le proporcionarán información valiosa sobre las mejores partes de su vida laboral.
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¿Dónde encuentro la mayor satisfacción? ¿en el proceso o en el resultado final?
A menudo utilizamos las palabras felicidad y satisfacción sin reflexionar sobre sus diferencias. La felicidad es una experiencia momentánea que refleja los sentimientos positivos que resultan de perseguir algún resultado deseable. La satisfacción es un sentimiento positivo que refleja un horizonte temporal más largo en el que se siente satisfecho con lo que ha conseguido a lo largo del tiempo.
Estas emociones están relacionadas con dos componentes de su trabajo: Está el trabajo diario que hace (el proceso de su trabajo), y luego está el conjunto de cosas que consigue como resultado de sus esfuerzos (el resultado). El proceso de su trabajo afecta su felicidad cotidiana con lo que hace, mientras que el resultado suele estar asociado a su sensación de satisfacción.
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¿Cómo se alinean mis valores con mi trabajo?
Los valores reflejan aspectos clave de lo que la gente considera importante en su vida y su trabajo. Su trabajo tiene que estar en consonancia con sus valores. Si valora ayudar a los demás, entonces la misión del trabajo puede ser un componente crítico para saber si aprecia su trabajo.
Si valora el placer en la vida, entonces su felicidad diaria en el trabajo (reflejada en las tareas concretas que realiza) será fundamental para ayudarlo a estar a la altura de ese valor. Si valora los logros o el poder, entonces sus logros personales en el trabajo influirán en su satisfacción laboral.
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¿Qué quiero poder decir que he conseguido?
Alinear su trabajo con sus valores significa considerar las tareas concretas que realiza a diario y la influencia acumulada de esas tareas a lo largo del tiempo (o lo que podría considerar su legado).
Para pensar en el legado, aproveche la extraordinaria capacidad humana de proyectarse mentalmente hasta su jubilación y mirar hacia atrás. ¿De qué quiere que se haya tratado su trabajo? ¿Cree que el camino que está recorriendo le permitirá tener ese impacto? ¿Este impacto coincidirá con sus valores?
Debería utilizar esta alineación entre sus valores y los procesos y resultados de su trabajo para evaluar su trayectoria laboral actual. Enfóquese en si actualmente siente que su trabajo se alinea con esos valores y explore qué futuros puestos podrían ayudarlo a encontrar satisfacción con su trabajo.
Si siente que su trabajo y trayectoria actual le permitirán seguir sintiendo esa alineación entre su trabajo y sus valores, concéntrese en su trayectoria profesional actual. Sin embargo, si nota un desajuste significativo, es un buen indicador de que ha llegado el momento de considerar alternativas.
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