La Constitución Política del Perú establece que la jornada laboral máxima es de ocho horas diarias o 48 horas semanales, esto lo convierte en uno de los países con la jornada más larga en América Latina. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó anteriormente reducir los jornales a 40 horas a la semana, sin embargo, todavía hay países con jornadas más largas.
En ese marco, la nueva edición del estudio Reducción de la jornada laboral de Bumeran señala que el 73% de los especialistas en recursos humanos de Perú cree que es posible reducir la jornada laboral y mantener los mismos salarios.
Esta tendencia se redujo en 4% con respecto al 2022, en donde el 77% de los especialistas lo creía factible.
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Al respecto, Dora Pinedo, jefe de marketing de Bumeran Perú, explicó que aunque este no es un tema que se considere aplicable actualmente en el país, es una tendencia regional que en algún momento se deberá discutir.
Si bien el estudio refleja que la mayoría de especialistas en RR.HH. cree posible implementar una reducción de la jornada, en el país el 84% de los especialistas no tiene pensado llevarla a cabo.
¿Que opinan las reclutadoras?
Ernesto Rubio, CEO de Ronald Carrer Services, consideró que sí es posible disminuir los jornales sin bajar los sueldos.
“Carlos Slim propuso la misma fórmula hace 5 años, de cara a asegurar la pensión jubilatoria a futuro y dejar más espacio a los centennials del entry level. Yo estaría de acuerdo”, dijo a Gestión.
En esa línea, el experto consideró que esta medida mejoraría “ostensiblemente la productividad” y mermaría la fuga de talentos.
Además, permitiría trabajar por turnos, lo cual implica una mayor eficiencia y eficacia en el ciclo laboral. Del lado del empleado, podría ocupar sus mayores tiempos en otros proyectos, tanto laborales, como personales.
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Por su parte, Sandra Cubas, managing partner en Cornerstone Perú, indicó que si bien es posible reducir la jornada, es importante revisar el impacto en el costo del salario.
Para la especialista si sería necesario evaluar disminuir la remuneración, ya que en el país hay una serie de beneficios laborales (CTS, gratificación), los cuales hace que el costo sea bastante alto.
“Si se hace una reducción laboral con los beneficios que el Perú tiene actualmente, se generaría un impacto económico negativo para las empresas, debido a los beneficios que no necesariamente tienen otros países de la región”, sostuvo,
Adicional a ello, comentó que también se podrían generar incentivos económicos por parte del Estado para hacer viable esta medida.
“Probablemente muchas empresas pueden estar de acuerdo con reducir la jornada laboral, pero también tiene que haber un beneficio para el empleador en términos económicos, porque esta medida podría implicar contratar más gente, lo que implicaría un incremento del costo laboral”, añadió.
De lograrse una fórmula correcta, esta medida podría traducirse en un incremento en la productividad de los trabajadores, mayor compromiso y una mejora en la calidad de vida.
¿Menos días u horas trabajadas?
De acuerdo con el estudio de Bumeran, el 68% de especialistas en recursos humanos estaría de acuerdo con reducir la cantidad de horas que se trabajan en el día, mientras que un 33% preferiría disminuir los días.
Al respecto, Sandra Cubas refirió que la tendencia apunta a que la reducción se de en el número de horas. Sin embargo, la nueva distribución tendría que ser planificada y evaluada previamente.
“Es importante revisar el impacto en las organizaciones. Probablemente si no se planifica, puede ser percibido de manera negativa por el impacto en los costos. Existe una tendencia fuerte, esta debe estar acompañada de políticas y procesos que lo permitan. Es algo que debe estar muy bien estudiado”, destacó a Gestión.
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Ernesto Rubio, CEO de Ronald Carrer Services, manifestó que otra fórmula a tomar en cuenta (en caso se opte por disminuir los días) sería: lunes, miércoles y viernes, alternándolo con martes, jueves y sábado.
También podría ser viable dejar el viernes como día libre y compensar las horas durante los otros días. Las compañías podrían innovar en este tipo de opciones con sus propios empleados, realizando una encuesta interna de preferencias, de cara a obtener la satisfacción plena de los colaboradores, aplicando lo que la mayoría desea.
Principales dificultades
Rubio indicó que la percepción de los accionistas se inclinará hacia el lado de que se está perdiendo “horas de trabajo” y, por ende, productividad. Pero, en realidad, debieran pensar que “se hace más con menos” en cuanto se refiere a la sobrecarga en horas laborales.
Las compañías denominadas “negreras” serán las principales opositoras a cualquier medida que regule un menor horario de trabajo.
“Para el 2026 es casi un hecho que tendremos nuevas propuestas de jornada laboral. Y si bien todo cae, hoy por hoy, en este pésimo congreso, sería el próximo el que tendría que tomar dicho camino”, argumentó a Gestión.
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Por otro lado, el estudio de Bumeran detalló que las principales dificultades de adoptar esta medida son: llevarla a cabo sin reducir los salarios (53%); la falta de tiempo para llevar a cabo las tareas (43%) y el aumento del costo laboral (36%).
Adicional a ello, conservar la estructura de la organización (31%), la disminución de la productividad (30%), reducción de los salarios (25%) y la pérdida de incentivo para mantener y crear puestos laborales (18%).
Licenciado en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con cinco años de experiencia en prensa escrita y digital. Actualmente, se desempeña como redactor en Diario Gestión.