Te levantas con todo el optimismo para acudir a esa reunión de trabajo, una vez allí tu jefe se percata que dejó unos documentos en la fotocopiadora, así es que de los cinco colegas hombres presentes, tú - la única mujer del grupo - resultas ser la elegida para traerlos. Luego, te percatas que esa es una constante en tu centro de labores. Esa es una señal de que en tu oficina se ejerce el micromachismo.
¿Qué son los micromachismos? Se trata de un concepto que comenzó a utilizar el psicoterapeuta Luis Bonino, quien lo define como maniobras y conductas casi imperceptibles que se despliegan en la vida cotidiana o en el entorno de trabajo para que el hombre pueda mantener su posición de poder en los espacios donde se mueve, explicó a gestión.pe la especialista en género y profesora de postgrado de la Universidad del Pacífico (UP), Natalia Manso.
“Básicamente lo que quieren es dejar sentado quién domina el espacio. Quién domina la situación y quién está en posesión del poder”, añadió.
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Agregó que el detalle es que es un especie solapada de violencia, en base a gestos, de actos que son bien sutiles en la vida cotidiana que poco a poco van generando un ambiente en el que la mujer se va minimizando y se siente amedrentada.
¿Qué acciones califican como micromachismo? Manso señaló como ejemplo, que quien dirija la reunión no te brinda la palabra o cuando intervienes te interrumpen constantemente. Otra señal es que cuando aportes una idea se apropien de ella y la atribuyan incluso a otra persona.
Algo común también son los comentarios que pueden hacer tanto el jefe como los compañeros de trabajo a la vestimenta que llevas, cómo te ves físicamente, “hoy vienes provocativa, uy qué buena cara, qué pasó anoche”, que son comentarios que obedecen a una suerte de análisis o escrutinio que hacen de tí pese a que no has pedido que lo hagan, anotó.
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¿Qué deben hacer las mujeres para hacer frente a está situación? Manso sostuvo que lo primero que debemos hacer es borrarnos precisamente la idea de: mujer cómo te debes defender, que si bien es parte del asunto, lo primero que deberíamos preguntarnos es ¿por qué tengo yo que adquirir herramientas de defensa o de protección?
En ese sentido, subrayó que lo que tenemos que hacer es ver cómo desde el centro de labores se previenen estas situaciones para que la mujer no tenga que hacer una especie de tutorial de defensa de cómo actuar, pues ya partimos de la base de que esa situación se va dar.
“¿Y por qué es tan importante que la empresa asuma su parte de responsabilidad? porque los micromachismos son el preludio del acoso sexual”, advirtió la especialista en género.
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En esa línea, Manso indicó que lo mejor es que la empresa establezca las bases para prevenir estas situaciones de micromachismo, para ello se debe capacitar a los hombres para que entienda que ese piropo, ese comentario, que de repente hasta podría no ser malintencionada, está generando un ambiente que es tolerante a ese tipo de violencia que podría dar pie a que otro miembro no bien intencionado sienta que pueden decir y hacer lo que se les da la gana.
“Tenemos un rol como empresa, como organización, como como gestor de un grupo humano, y tenemos un rol desde los hombres y las mujeres que participan de esta empresa, de que entendamos de que esto es bueno para todos. Se debe entender que crear un ambiente de respeto y donde todo el mundo se sienta libre y tranquilo para poder desarrollar su potencial sin cuestionamientos más allá de los puramente profesionales nos beneficia a todos, porque finalmente se hace el trabajo más agradable, menos tenso con situaciones que no de deberían dar en ese entorno”, subrayó.
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Cifras y datos:
- De acuerdo a una encuesta realizada por GenderLab, organización dedicada a temas de género y creadora de la herramienta digital Espacios Laborales Sin Acoso (ELSA), que data del 2022, se detectó que el 11% afirma que ha sufrido algún tipo de hostigamiento sexual en el trabajo, el 91.3% son mujeres.
- De ese 11% solo el 11% presentó su denuncia.
- En el 20% de los casos donde hay sistemas de prevención, la víctima pide cambiar de área de trabajo dentro de la institución.
- Natalia Manso sostuvo que si bien las empresas implementan un sistema de prevención contra el acoso sexual, se debe analizar si el sistema es efectivo y han conseguido que la gente confíe como para denunciar, de lo contrario no es un sistema que solo está en el papel.