Desde el parlamento se presentó -la semana pasada- un proyecto de ley, del congresista Luis Ángel Aragón, que busca incorporar a la jornada laboral de ocho horas o más de los trabajadores bajo los regímenes laborales privados, públicos y especiales el derecho “como mínimo” a 20 minutos de microdescanso diarios.
Durante este tiempo, dice la propuesta que recién será discutida en la Comisión de Trabajo, los trabajadores quedan exentos de realizar actividades laborales o cualquier otra relacionada a la entidad.
Además este microdescanso no podrá desarrollarse ni al inicio o final de la jornada laboral ni tampoco al momento del refrigerio. ¿Ello es viable?
En diálogo con Gestión, la abogada laboralista Lidia Vilchez del estudio PPU explicó que la propuesta legislativa -tal como esta redactada- es ambigua ya que no especifica claramente si los “microdescansos” serán de 20 minutos corridos durante la jornada laboral o de 5 “microdescansos” de 5 minutos a lo largo de la jornada o 2 “microdescansos” de 10 minutos, ni tampoco queda claro cómo se hará efectiva.
“La redacción es abierta ya que -al no ser especifica- puede llevar a muchas interpretaciones. Lo que se debería entender es que se trataría de imponer o añadir pequeños descansos durante la jornada laboral de 5 minutos o 10 minutos pero no queda claro el cómo se haría efectiva”, explicó.
En esa línea, recordó que -actualmente- ya existe las llamadas “pausas activas” estipuladas en la ley de seguridad y salud ocupacional como parte del cuidado que tienen los empleadores sobre sus trabajadores. A través de las “pausas activas” el trabajador puede -durante la jornada laboral- hacer ciertos ejercicios estirando brazos y piernas que le permitan, detalló, que no haga actividad totalmente sedentaria o haciendo lo mismo.
“La propuesta del congresista Aragón alude más que todo a un tiempo muerto, no a estas pausas activas que ya existen o están vigentes. La redacción no lo establece claramente. Lo que establece es que este tiempo muerto será asumido por el empleador, es decir, no se le va descontar al trabajador por este tiempo improductivo. Esta propuesta se suma a las otras ya presentadas por el legislativo como considerar la hora de refrigerio como parte de la jornada de trabajo o que lo trabajadores tercerizados reciben utilidades de las empresas a las que prestan servicios, entre otras”, manifestó.
Las pausas activas -recalcó- forman parte de los planes de seguridad y salud ocupacional de las empresas formales. Una de las principales dificultades que se tendrá de aprobarse esta propuesta -tal como esta escrita- es el tema de la fiscalización, ya que si bien deja en manos de la Sunafil su cumplimiento, al menos que se implemente un registro de los microdescansos será complicado para los inspectores laborales fiscalizar el cumplimiento del mismo.
“La norma, tal como esta escrita, es técnica deficiente ya que una norma no puede dejar preguntas abiertas para la interpretación, ya que -después- el reglamento distorsiona los alcances”, dijo. Ocurre lo mismo con las multas e infracciones a imponerse.
“De aprobarse la propuesta, al momento de imponer una sanción se analizaría como una infracción vinculada con la jornada de trabajo con lo cual podría ser catalogada como muy grave de acuerdo al numeral 25.6 del reglamento de la Ley General de Inspección de Trabajo”, anotó. La multa máxima para grandes empresas -agregó-podría superar los S/ 240,000.
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